Clever

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Presentado por
  • Titulo original: Clever
  • Dirección: Federico Borgia -Guillermo Madeiro
  • Género: Comedia
  • Protagonistas: Hugo Piccinini - Antonio Osta
  • País: Uruguay Año: 2015
  • Duracion: 85'
  • Elenco: Marta Grané - Horacio Camandulle - Néstor Guzzini - Soledad Frugone
  • IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Clever narra las aventuras de un instructor de artes marciales y padre infelizmente divorciado (Hugo Piccinini), que se obsesiona con pintar unos fuegos especiales en su auto. Para ello deberá viajar a un pueblo remoto llamado Las Palmas en busca del único artista capaz de cumplir su sueño. Una aventura solitaria y absurda, un hombre abatido intentando llenar un vacío en su vida.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Una propuesta diferente a la mayoría del cine que se ha hecho en Uruguay, lo que no la invalida ni la consagra, es simplemente otro encare y otra forma de contar historias.

 

Retroceder nunca, rendirse tampoco

 

Cuando uno de los directores, Guillermo Madeiro, visitó hace 10 años una escuela de artes marciales, supo que el proyecto que tenía en mente junto a su codirector y coguionista Federico Borgia iba a transformarse en un trabajo con chances reales de plasmarse. Tras muchas idas y vueltas y algunas distracciones (por ahí estuvo en el 2011 la realización de Numchaku, una película de casi una hora que no tuvo estreno comercial en Uruguay) conocemos por fin a Clever, un padre divorciado contra su voluntad, que da un giro a su vida - y a su cuerpo - en pos de lograr el tuning perfecto para su Chevette del 78.

 

El comienzo es realmente firme y contundente. Es ahí donde vemos a un Clever despeinado, mal vestido y con una imagen un tanto descuidada, queriendo besar en su destartalado auto a su ex esposa de quien acaba de divorciarse. De inmediato, mediante una efectiva elipsis, nos encontramos con el mismo personaje 6 meses después, rapado a cero y vestido con una musculosa que exhibe unos músculos trabajados en ese tiempo. Cuando su hijo ve un auto con un particular dibujo, Clever sabrá rápidamente que contactar al hacedor de tal maravilla y replicar el dibujo en su auto será su meta principal.

 

Como ya fue dicho, ese comienzo es realmente bueno. Lo que sigue no le va en zaga. Mostrando comportamientos más en base a imágenes que a diálogos - la dualidad y contradicción de Clever es el caso más claro; por un lado lo vemos casi sin decir palabras, como un disciplinado profesor de artes marciales y, casi enseguida, consumiendo cocaína desaforadamente - la película acompaña al personaje en su viaje a Las Palmas. En ese pueblo del interior uruguayo con nombre inventado - la locación real fue San Antonio, en Canelones - irán apareciendo personajes curiosos y situaciones que apelan al humor absurdo, que en la mayoría de los casos ofician como guiñadas simpáticas y notorias al género western, a las películas de los hermanos Coen y a las de artes marciales al estilo Bruce Lee. Hasta ahí está lo mejor del filme.

 

Cuando se da el encuentro con el pintor de autos, hay un ostensible cambio de forma y de tono en relación a cómo se venía contando la historia. Como que daría la impresión que Madeiro y Borgia perdieron un tanto el foco inicial y quisieron comprimir en la media hora final, todo lo que no había entrado hasta ese momento. Por ejemplo, la aparición de algunos personajes - la madre del pintor es el más notorio - y algunos cuestionamientos a determinadas posturas machistas, ofician a manera de explicación subrayada y exagerada, todo lo que el filme había eludido eficazmente en su tramo inicial. El pintor que interpreta acertadamente el fisicoculturista y músico Antonio Osta podía haber dado para mucho más, y termina desdibujándose sin demasiado destaque.

 

En los rubros técnicos se lucen la fotografía de Ramiro González y la música del ex Hablan por la Espalda, Ismael Varela. Lo de Hugo Piccinini en el rol principal no está mal, de todas formas creo que si bien su personaje requería cierta dureza en su rostro, algo más de expresividad no le hubiera venido mal. En ese rubro, lo mejor está en las breves pero disfrutables apariciones de Néstor Guzzini y de Horacio Camandulle.

 

Pese a los altibajos de la última media hora, estamos ante una película simpática, atrayente y con valores varios en su primera parte. También oficia como una propuesta diferente a la mayoría del cine que se ha hecho en Uruguay, lo que no la invalida ni la consagra (estoy totalmente en la vereda de enfrente a los que opinan sobre la "grisura" de la mayoría de nuestro cine), es simplemente otro encare y otra forma de contar historias. Lo realmente importante es que más allá de estilos, géneros y temáticas, sigan apareciendo películas uruguayas en épocas donde los apoyos imprescindibles escasean. Para seguir haciendo cine en Uruguay hará falta la misma determinación que tuvo Clever buscando a su pintor soñado. Retroceder solo para tomar impulso, pero rendirse, jamás.

 


Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy

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