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Ficha

Resumen

Tres parejas se enfrentan a la disyuntiva de elegir entre la paternidad, la realización profesional y su libertad sexual. El estilo de vida, las decisiones, la libertad, el sexo, el amor, siguen siendo los temas que nos movilizan y desvelan por la noche. Los modernos trata esos temas desde una perspectiva crítica, poniendo en tela de juicio los parámetros por los que se rigen los valores del mundo contemporáneo.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Alternando situaciones de un humor tierno con alguna cuota de sarcasmo, y otras un poco más profundas, la película se maneja cómodamente en ese tono agridulce muy habitual en las comedias de Woody Allen.

 

Ana Clara Montevideo (Todos dicen te quiero)

 

Cuando Mauro Sarser y Marcela Matta - vinculados desde varios lugares al mundo del cine y el audiovisual - tuvieron claro que querían hacer esta película no lo pensaron demasiado. Ni siquiera el no conseguir el dinero en el único fondo al que se presentaron los intimidó. Echando mano a lo que tenían y con lo que pudieron conseguir de amigos y conocidos (dinero, locaciones y hasta algunos que se animaron a actuar sin demasiada experiencia), se embarcaron en el proyecto dando el ejemplo en cuanto a compromiso, ya que además de dirigir la película la escribieron, editaron, produjeron, y hasta Sarser se animó como actor.

 

Seguramente no soy para nada original al decir que Los Modernos está bastante lejos del cine uruguayo que se ha hecho en los últimos 15 años. Dicho esto como un hecho objetivo y sin juicio de valor en sí mismo. Quien ha leído alguna columna de quien esto escribe sabrá que no me afilio para nada a esa especie de latiguillo muy repetido (es curioso, pero he oído gente que solo vio una o dos películas uruguayas desde 25 Watts para acá decir que nuestro cine es "lento" y aburrido) que subvalora al barrer lo que se hecho por estos lares. Pero sí, esta película es distinta en forma y en estilo. Es en blanco y negro, muy conversada (alguien comentó que seguramente es el film uruguayo más hablado de la historia) y continuamente pasan cosas; el sexo no se elude ni en diálogos ni en imágenes, y la historia se desarrolla muchas veces en ambientes "cool" y hasta con cierto glamour. Además de todo esto, y más allá de semejanzas y diferencias, es una película entretenida, disfrutable y que abarca los diversos flancos por donde transita, generalmente con eficacia.

 

Clara y Fausto son una pareja de treintañeros vinculados al ambiente audiovisual y con realidades distintas. Ella recientemente divorciada y con dos hijos, mientras que él pareciera darle la razón a quienes dicen que por la falta de compromiso y determinación, en la generación de los treinta y pico, están los adolescentes de hoy. Los avatares de la pareja incluirán historias con otras personas que generarán reflexiones vitales y que serán motivo de las dudas y los miedos que postergarán algunas decisiones. Es así que aparecen temas como la importancia de ser padre y/o madre, la trascendencia del sexo en una pareja, o la prioridad que se le da en la vida a los aspectos laborales. Todo esto está contado a través de un relato clásico en su forma, y que se preocupa en cerrar las interrogantes que se van generando en la trama.

 

Alternando situaciones de un humor tierno con alguna cuota de sarcasmo, y otras un poco más profundas, la película se maneja cómodamente en ese tono agridulce muy habitual en las comedias de Woody Allen. Y realmente no solo en eso se percibe su influencia. Por ejemplo, nos encontramos con referencias autobiográficas de los autores; escenas - en especial cuando las parejas discuten - con los personajes haciendo catarsis y moviéndose continuamente de lugar, y hasta algunas tomas de Montevideo remiten a algunos encuadres gloriosos del prolífico neoyorkino.

 

En cuanto al elenco, Noelia Campo por fin tiene el protagónico que merecía largamente en base a un talento que ha demostrado ya con creces que va más allá de una cara - muy - bonita; a la vez que Stefanía Tortorella es toda una grata revelación en un personaje muy importante en la historia. En cuanto al rubro masculino, si bien en un personaje secundario, Federico Guerra confirma que además de ser un valioso dramaturgo de nuestro teatro es un actor de verdadero nivel, mientras que Mauro Sarser logra algo que no está al alcance de todos. Sus carencias actorales - de hecho no es actor - son disimuladas en base a carisma y desenfado, llegando a componer un personaje que genera empatía y hasta momentos de entrañable emoción.

 

A todo esto, resta agregar que si bien lo hace con sutileza, la película comparte con el espectador, además de una historia entretenida, un rumbo en relación a la manera de pararse ante algunos momentos de los importantes que se atraviesan en la vida. Más allá de acuerdos y discrepancias muestra un camino; sinuoso, con luces y sombras, pero claramente vital y reconocible.

 

Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy