El casamiento

El casamiento

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  • Titulo original: El casamiento
  • Dirección: Aldo Garay
  • Género: Documental
  • Protagonistas: Julia Brian - Ignacio González
  • País: Uruguay-Argentina Año: 2011
  • Duracion: 71'
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: Retina Latina
  • Tipo: Documental
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Ficha

Resumen

Esta película narra la historia de amor y compañerismo entre Julia Brian e Ignacio González, un ex obrero de la construcción. Julia e Ignacio se conocieron una tarde de vísperas de Navidad hace 21 años en una plaza. Ambos estaban solos y entonces decidieron pasar juntos las fiestas. Desde ese momento han sido inseparables. Julia tiene 66 años. Hasta la adolescencia se llamó Osca Alberto. Ignacio tiene 76. Esta es la historia de El casamiento, una historia sencilla y tierna de gente común que tuvo la suerte de encontrarse en una plaza...

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Una película documental que confirma a Aldo Garay como un valioso cineasta, y que puede perfectamente considerarse como una señal importante dentro del cine uruguayo.

 

La ternura contra viento y marea

 

Allá por 1995, Aldo Garay, el director de este documental, conoce a Julia Brian. Por aquellos tiempos, Julia era una travesti que trabajaba como limpiadora y que hacía un tiempo vivía en pareja con Ignacio, un ex obrero de la construcción que se encontraba en situación de calle cuando se conocieron. El encuentro que cambió sus vidas (ya nunca más se separarían) se dio en la popularmente llamada Plaza de los Bomberos en la tardecita de un 24 de diciembre, y transformó la previsible y sombría soledad de un día especial en una noche de las buenas.

 

Lo peculiar de la historia motivó a Garay a retratarla en un trabajo llamado Mi gringa, retrato inconcluso (2003), que de alguna manera ofició como primer corte de este filme. Al cabo de unos años, el director recibe la propuesta de oficiar de padrino en la inminente boda de la pareja, y decide retomar y finalizar la historia, que finalmente plasma en El casamiento.

 

Al ver las imágenes actuales intercaladas con algunas del proyecto anterior, somos testigos de unas cuantas cosas que cambiaron en la vida de Julia e Ignacio en estos últimos años. Julia, por ejemplo, operación mediante ya no es travesti sino - y solo para definirla "técnicamente" - transexual; la situación económica, si bien en un marco de serias dificultades, ha deparado algunas mejoras de calidad de vida, mientras que la salud de ambos presenta varias complicaciones propias de gente ya mayor - él 75 y ella 65 años - que ha tenido una vida dura y difícil. Si bien esos cambios son notorios, lo que prevalece a través del relato es la fuerte sensación de que esa pareja ha afianzado y madurado el vínculo que los une. Para eso, es de gran importancia la forma de narrar y el lugar en que Garay pone su mirada al contarnos la historia.

 

Luego de una breve introducción que ayuda a conocer detalles de la vida de los protagonistas, ya queda claro que lo que se nos cuenta es, antes que nada, una sacrificada y rica historia de amor en la vejez. De esas que, como decía el gran Eduardo Darnauchans en su tema Desconsolados, involucra a gente que "está más allá de todo lo que brilla en la ciudad".

 

Garay evita caer en las posibles tentaciones que el material podía haber generado - vale mencionar que lo mismo pasaba en su anterior El círculo (2008) - dando una muestra contundente de madurez, sin subrayar y dejando que la realidad hable por sí sola en diálogos e imágenes. Incluso en determinados momentos se genera alguna cuota de incertidumbre, que deja al espectador la posibilidad de llenar esos casilleros. Por supuesto, Garay no nos deja solos en ese intento, ya que articula los movimientos y el ritmo del filme de manera que la intuición y la percepción vayan de la mano, sin necesidad de redundancias que puedan caer en la superficialidad.

 

En ese marco, hay algo que siempre está presente y que no deja lugar a dudas. A veces con brillo intenso, a veces solo vislumbrada, se irradia una luz muy especial, una luz genuina, emotiva y por sobre todo humana. Quizás por personalidad o por el papel que sabiamente asume en esa pareja, ese brillo tiene su fuente principal en la figura de Julia. Una mujer con todas las letras, cuya imponencia en su tamaño físico conlleva también una fortaleza espiritual que le permite sostener y a la vez sostenerse en relación a lo que recibe en ese vínculo. Conocemos así a una de esas personas a las que las dificultades templan, que valoran lo que consiguen, y que daría la impresión que nada las detiene en pos de hacer su vida y la de su pareja un poco menos dura y, aún en medio de las dificultades, un poco más feliz. Ni siquiera la diálisis a la que tiene que someterse un par de veces por semana echa sombras a una expresión generalmente alegre y positiva.

 

Esta película confirma a Aldo Garay como un valioso cineasta, y puede perfectamente considerarse como una señal importante dentro del cine uruguayo. Además, es un canto a la ternura. Contra viento y marea.

 


Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy

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