Tanta agua

Tanta agua

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  • Titulo original: Tanta agua
  • Dirección: Ana Guevara -Leticia Jorge
  • Género: Comedia dramática
  • Protagonistas: Néstor Guzzini - Malú Chouza
  • País: Uruguay-México-Países Bajos-Alemania Año: 2013
  • Duracion: 1h42'
  • Elenco: Joaquín Castiglioni - Sofía Azambuya - Andrés Zunini
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Desde el divorcio, Alberto (Néstor Guzzini)  ya no pasa tanto tiempo con Lucía (Malú Chouza) y Federico (Joaquín Castiglioni). Los tres salen hacia las termas una madrugada de tormenta, para unas breves vacaciones. Siempre entusiasta, Alberto trata de que nada arruine sus planes. Pero las piscinas cerradas por tiempo indeterminado y las miradas reprobatorias de sus hijos hacen que pierda el control. Rápidamente los ánimos se vuelven más susceptibles y el clima más pegajoso. Mientras tanto la lluvia sigue cayendo y la casa que Alberto alquiló parece ir haciéndose cada vez más chica.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Tanta agua puede sentirse como una nueva versión (en clave femenina y pasada por agua) de etapas vitales y formas de relacionamiento familiar ya explorados por otros realizadores uruguayos. Lo particular es el cariño y la mirada detallista que las directoras posan sobre sus personajes.

Y llovía y llovía

Hay coincidencias y similitudes que son obvias, cuando uno las piensa bien. Pero no por obvias dejan de ser interesantes. En Tanta agua, primer largometraje de las uruguayas Ana Guevara y Leticia Jorge, un plano inicial desde el interior del auto de Alberto, de madrugada, recuerda al comienzo de Whisky (2004), en que Jacobo (Andrés Pazos) conducía su auto hasta su fábrica de medias. La despedida de la madre a los chicos en la puerta del edificio, desde el punto de vista de Alberto, recuerda inevitablemente a la de Jacobo y Marta (Mirella Pascual), mientras la espera el taxi sobre el final de Whisky, luego de aquellas fingidas y breves vacaciones en Piriápolis.

En Tanta agua esos momentos son el preámbulo de unas vacaciones también algo fingidas, o en todo caso forzadas por Alberto en un intento de ejercer su rol de padre tras el divorcio. Un poco como Rodolfo (Humberto de Vargas), el protagonista de 3 (2012), que de a poco iba forzando su reinserción en el ámbito familiar tras años de alejamiento. Un intento vivido con creciente incomodidad por las hijas adolescentes de ambos, tanto en 3 como en Tanta agua. Hay, sin embargo, una inocencia tímida en Lucía (Malú Chouza) que no existía en Ana (Anaclara Ferreyra Palfy), la quinceañera hija de Rodolfo. Y eso hace que la protagonista femenina de Tanta agua sea un personaje un poco más entrañable, algo así como una versión femenina de Rafael Bregman, el adolescente judío que perdía la virginidad pero no podía dar un beso en Acné (2008), la ópera prima de Federico Veiroj.

Este juego un poco ridículo de encontrar similitudes no es otra cosa que la constatación de que hay afinidades inevitables, temas e intereses y gustos y sensibilidades en común que unen a los seres humanos tanto en la vida como en la creación artística. Así como Lucía no parece tener nada en común con su padre - salvo los genes, claro - la película de Guevara y Jorge comparte ADN con otras producciones de Control Z (la misma productora de Whisky, Acné, 3 y Tanta agua), más allá de ciertos rasgos particulares y de una mirada femenina sobre situaciones y vínculos ya vistos en esos antecedentes.

Quizás sea por eso que Tanta agua pueda sentirse como una nueva versión (en clave femenina y pasada por agua) de etapas vitales y formas de relacionamiento familiar ya explorados por otros jóvenes realizadores uruguayos. Lo particular de Tanta agua es, además de una sensibilidad genuina y un cariño innegable por sus personajes, la mirada detallista que ambas directoras (también guionistas) posan sobre esos pocos días que deciden contar en la vida de esta familia incompleta. A la que habría que sumar una tercera mirada cómplice: la de la directora de fotografía María Secco (La demora), cuya cámara revela pequeños gestos, ligeras tensiones y esa incomodidad latente que se palpa en una convivencia un poco forzada por las circunstancias.

La historia no pretende hacer crecer a sus personajes, ni revelarle grandes verdades ni a ellos ni a los espectadores; no hay cambios dramáticos en las relaciones al final de Tanta agua (al menos no en las relaciones entre Alberto y sus hijos), pero sí un reconocimiento de lo torpes y tiernos que podemos llegar a ser los seres humanos cuando intentamos ejercer ya sea como padres, adultos solteros, hermanos, hijos adolescentes, amigos o amores inmediatos. La naturalidad de las actuaciones se ajusta perfectamente a esas intenciones; hay momentos entre Alberto y sus hijos que parecen improvisados (en el buen sentido), y Néstor Guzzini (a quien vimos en 3 como el nuevo interés romántico de Sara Bessio) asume su primer protagónico en cine con gran comodidad. Pero no hay nada de improvisación en la factura técnica de la película ni en su estructura narrativa; ni siquiera en esa contención emocional que puede confundirse a veces con frialdad o distanciamiento.

La película me recordó a un libro breve de Inés Bortagaray, Prontos, listos, ya, que narra en primera persona - desde el punto de vista de una niña - un viaje en auto rumbo a unas vacaciones familiares. La voz de aquella niña literaria bien podría ser la de Lucía, la adolescente con brackets de Tanta agua. Y entonces recuerdo que Bortagaray es de Salto, donde hay termas, y que es guionista, y que colaboró con varios proyectos de Control Z. Y nada parece casual una vez más.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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FILM/7014

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