Leones por corderos

Leones por corderos

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Presentado por
  • Titulo original: Lions for lambs
  • Dirección: Robert Redford
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Robert Redford - Meryl Streep - Tom Cruise
  • País: Estados Unidos Año: 2007
  • Duracion: 1h28'
  • Elenco: Andrew Garfield - Peter Berg - Derek Luke - Michael Peña
  • IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Leones por Corderos narra tres historias interconectadas en tiempos de la “guerra contra el terrorismo”. El Senador Jasper Irving (Tom Cruise) está a punto de revelar una exclusiva a una periodista de televisión (Meryl Streep) que podría afectar el destino de dos estudiantes de la Universidad de West Coast. Ambos se encuentran en Afganistán siguiendo –equivocadamente- la influencia del idealista profesor Dr. Malley (Robert Redford).

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Una película tan bienintencionada y oportuna como demagógica y sensiblera. Plantea un atendible debate de ideas, pero carece de personajes interesantes y, en definitiva, de fuerza dramática.

Corazones y mentes

El cine norteamericano siempre ha demorado en reaccionar a los grandes acontecimientos de su historia; tuvieron que pasar varios años de intervención en Vietnam para que empezaran a producirse las primeras películas (de ficción, al menos). Tras el cimbronazo que significaron los atentados del 11 de setiembre de 2001, las primeras producciones tuvieron como centro precisamente ese fatídico día: los ejemplos más notorios son Las Torres Gemelas, de Oliver Stone (2006) y Vuelo 93, de Paul Greengrass (2006). Ahora toca el turno a la política extranjera de la Casa Blanca y más concretamente a sus efectos, dentro y fuera de Estados Unidos.

Leones por Corderos es apenas la primera de una seguidilla que también incluirá a Grace is Gone, de James C. Strouse (en la que John Cusack interpreta al esposo de una mujer muerta en Irak); In the Valley of Elah, de Paul Haggis (sobre la desaparición de un soldado tras su regreso de ese mismo frente de batalla); A Mighty Heart, de Michael Winterbottom (sobre el secuestro y asesinato del periodista estadounidense Daniel Pearl en Afganistán); Rendition, de Gavin Hood (sobre la práctica de encarcelamientos arbitrarios y clandestinos de sospechosos de terrorismo); y sobre todo Redacted, de Brian De Palma, en la que el director reconstruye un episodio real, la violación de una adolescente iraquí y el asesinato de su familia por parte de soldados norteamericanos, algo que ya le valió ser tildado de “antiamericano” y “antipatriota”.

Por una parte es bastante lógico que uno de los primeros en poner el tema sobre la mesa (al menos en Hollywood) haya sido Robert Redford, un conocido liberal y declarado opositor a la guerra. Lo que llama la atención es la simpleza de su planteo, e incluso más su debilidad dramática. Parece una película hecha a las apuradas para llegar a tiempo antes de las elecciones presidenciales de 2008; lo que Redford parece querer lograr, en primer lugar, es la reacción de sus conciudadanos. Porque Leones por Corderos está dirigida ante todo al norteamericano medio que no se ha detenido a pensar qué está haciendo su gobierno en su nombre, desde hace seis años, bajo la excusa de acabar con el terrorismo.

Por eso casi todo lo que dice suena demagógico, trillado y sensiblero, algo llamativo viniendo del productor y co-protagonista de una de las mejores películas “políticas” de todo el cine norteamericano (Todos los Hombres del Presidente, de 1976) y un director casi siempre inteligente (Gente como Uno, 1980; Nada es para Siempre, 1992; Quiz Show, el Dilema, 1994). Y es lógico que así sea: después de todo lo que pretende no es tanto criticar la “guerra contra el terrorismo” emprendida por los “halcones de Washington” sino movilizar a un público norteamericano que sólo se sensibiliza, como en este caso, ante la muerte de soldados norteamericanos (con negros y latinos en primera fila). No hay una sola mención a las víctimas civiles, tanto afganas como iraquíes, las cuales –según organizaciones no gubernamentales y agencias de Naciones Unidas- se cuentan en alrededor de un millón desde 2001; apenas si se las menciona como dato estadístico durante la charla entre la periodista con crisis de conciencia (Meryl Streep) y el senador conservador y militarista (Tom Cruise) decidido a implementar una nueva estrategia que gane finalmente los “corazones y mentes” que aseguren la victoria. Hasta el vergonzoso episodio de Abu Ghraib (las torturas generalizadas a los prisioneros en Irak) es apenas mencionado como una mancha que “no nos vino nada bien”, prácticamente subrayando la tesis del Pentágono de que se trató de apenas una “manzana podrida” en un cajón de manzanas frescas…

Y sí, es inevitable mezclar cine y política, sobre todo ante una película que se plantea como una discusión (bastante estática, casi teatral) sobre lo segundo. Entonces el cine queda relegado a un segundo plano, empezando por la ausencia de personajes interesantes; Leones por Corderos (frase que hace referencia a un dicho vinculado con la actuación de los soldados ingleses durante la Primera Guerra Mundial) es una película de ideas, no de personajes, por lo cual sus protagonistas hacen lo que pueden (y lo hacen bien) con tres bocetos de individuos que no generan ningún interés dramático ni emocional en el espectador (a excepción quizás de los soldados interpretados por Michael Peña y Derek Luke, pero aquí la manipulación emocional es obvia). Streep y Cruise están bien, y su duelo verbal ayuda a mantener la atención, pero no hay manera de creer en la discusión entre el profesor de ciencias políticas (encarnado por el propio Redford) y su estudiante típicamente californiano (Andrew Garfield), que viene a encarnar algo así como el futuro generacional de una nación al que el director le está dedicando su discurso.

Para el resto del mundo, con excepción de aquellos que hayan pasado los últimos seis años en un retiro espiritual o que no hayan abierto un diario ni seguido los acontecimientos mundiales con cierto espíritu crítico, todo lo que aquí se dice suena tan bienintencionado como demagógico y sensiblero. Está muy bien plantear esta discusión, a fin de cuentas, sobre todo la que tiene que ver con la manipulación de los medios y su complicidad a la hora de “vender” la guerra al público norteamericano. Pero en definitiva se trata de una película patriotera, por más que nos quiera vender ideas y cuestionamientos en lugar de una guerra.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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