Solo un sueño

Solo un sueño

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Presentado por
  • Titulo original: Revolutionary Road
  • Dirección: Sam Mendes
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Leonardo DiCaprio - Kate Winslet
  • País: Estados Unidos-Inglaterra Año: 2008
  • Duracion: 1h59'
  • Elenco: Kathy Bates - Michael Shannon - Kathryn Hahn - David Harbour
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

La pareja protagónica de Titanic, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, se reúnen luego de 11 años para interpretar a los Wheeler, un joven matrimonio en crisis en el Connecticut de los años 50. Agobiados por la rutina de la vida suburbana y las frustraciones personales, idean un plan para comenzar una nueva vida en París. Pero no todo es tan fácil como parece en sus planes. Adaptación de una novela de Richard Yates.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Un retrato certero de la agobiante vida suburbana en los ’50, y de la crisis de un joven matrimonio que se niega a renunciar a sus sueños. Gran labor de Kate Winslet y Leonardo DiCaprio.

Lejos del paraíso

A esta altura en el cine y la televisión norteamericanos existe todo un subgénero dedicado a explorar el vacío de la vida suburbana, desde Belleza Americana (1999), pasando por En el Dormitorio (2001), Lejos del Paraíso (2002), Las Horas (2002), Secretos íntimos (2006), y las series Amas de Casa Desesperadas, Six Feet Under y Weeds, hasta llegar a la premiada Mad Men. Y el hecho de que existan todos esos antecedentes (y más) le quita algo de fuerza a esta adaptación de la primera novela de Richard Yates (1926-1992). Lo irónico es que probablemente todas esas producciones le deben algo a la obra de este escritor, considerado un agudo observador de la vida en Estados Unidos hacia mediados del siglo XX.

Publicada por primera vez en 1961, Revolutionary Road fue finalista del Premio Nacional de Literatura, ganándole a Yates un prestigio inusual para un novelista debutante. Se considera que su forma de realismo literario influyó a escritores como Raymond Carver y Richard Ford. Sin embargo nunca fue un best-seller, si bien el interés por su obra fue creciendo póstumamente. Revolutionary Road ofrece una mirada íntima a un joven matrimonio en crisis que, tras una fachada de supuesta estabilidad y felicidad, en realidad esconde un cúmulo de frustraciones y de sueños tirados a la basura o guardados en el fondo de algún cajón, debajo de montones de ropa recién planchada. Es también un grito de socorro desde los patios traseros del sueño americano, de parte de un oficinista y un ama de casa que no se resignan a que la vida sea “esto”: una realidad decidida por la suerte, el oportunismo y la falsa necesidad de consumo, y no lo que ellos desean que sea.

Se ha dicho que la novela de Yates era toda una declaración de rebeldía, mientras que la adaptación del guionista Justin Haythe (Secretos de un Secuestro) tiende hacia el conformismo y la aceptación de una realidad que no se puede modificar, forzando a los individuos a adaptarse o morir. De manera que la película es quizás más pesimista que la novela, ¿y qué si es así? Además, lo importante no es tanto el destino de los personajes sino que se hayan atrevido a soñar, a trazar un nuevo proyecto en común y permitirse imaginar otra vida, y ese es el comienzo de toda revolución, por más pequeña e íntima que sea.

El mayor triunfo de Sam Mendes (quien, como Yates, tuvo un prestigioso debut con Belleza Americana, película de temática similar) es el certero retrato de una época y de un estilo de vida uniformizante, perfectamente logrados a través de la dirección de arte de Kristi Zea y el vestuario de Albert Wolsky, pero también de ciertos rituales muy propios de la vida social de aquellos tiempos. La rutina de ir en tren a la oficina, el almuerzo con el jefe, las visitas formales entre vecinos, son como episodios de una ficción vacía que deja poco lugar para exhibir sentimientos legítimos y sinceros. En el marco de ese paisaje suburbano prolijo y agobiante, la crisis de los Wheeler –desde la frustración y el resentimiento hasta la esperanza y la furia- emerge con una fiereza desestabilizadora, de esas que sólo pueden conducir hacia una nueva realidad, por más trágica que ésta sea. Creo que al menos desde ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, de Mike Nichols (1966), no se veía en el cine estadounidense el resquebrajamiento de un matrimonio de manera tan cruda y tan honesta.

Y allí está el segundo triunfo de Mendes: haber creado una nueva plataforma de lucimiento para el enorme talento de su esposa Kate Winslet, una de las mejores actrices de la actualidad. No hay forma de no creerle, de no sufrir, de no amar, de no odiar con ella, gracias a una intensidad y una convicción poco frecuentes. A su lado, lo mejor que puede decirse de Leonardo DiCaprio es que no desentona, y eso es todo un elogio para un actor que ha crecido permanentemente desde su sorprendente labor en ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993). Pero es ella quien comanda y quien conmueve, como en casi todas las películas en que ha participado desde Sensatez y Sentimientos (1995) a esta parte.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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