Syriana

Syriana

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Presentado por
  • Titulo original: Syriana
  • Dirección: Stephen Gaghan
  • Género: Drama-Thriller
  • Protagonistas: George Clooney - Matt Damon
  • País: Estados Unidos Año: 2005
  • Duracion: 2h06'
  • Elenco: Jeffrey Wright - William Hurt - Mazhar Munir - Chris Cooper
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Del guionista ganador de un Oscar Stephen Gaghan (Traffic) llega este thriller político que desarrolla múltiples subtramas alrededor de la industria del petróleo. Mientras un veterano agente de la CIA (George Clooney, ganador del Oscar como mejor actor de reparto) comienza a desentrañar la perturbadora verdad detrás de la profesión a la que ha dedicado su vida, un ejecutivo petrolero (Matt Damon) enfrenta una terrible tragedia familiar y encuentra redención al asociarse con un príncipe idealista del Golfo Pérsico (Alexander Siddig). Un abogado corporativo (Jeffrey Wright) enfrenta un dilema moral al manipular la cuestionable fusión entre dos poderosas compañías de Estados Unidos, mientras al otro lado del planeta, un adolescente paquistaní (Mazhar Munir) cae presa del reclutamiento de un carismático líder religoso. Cada uno juega un pequeño rol en el complejo sistema de poder de la industria, sin advertir el explosivo impacto que sus vidas tendrán en el panorama político mundial.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Un tenso e interesante thriller político –si bien abrumador y por momentos confuso- sobre tema actual, con destacada labor de George Clooney.

Detrás de la adicción

"Estados Unidos es adicto al petróleo", dijo el presidente George W. Bush el pasado 31 de enero en su último discurso sobre "el Estado de la Unión". Bush, quien supo ser empresario petrolero, llamó a reducir para el año 2025 el 75% de las importaciones de petróleo desde Medio Oriente y apuntar hacia fuentes alternativas de energía. Es difícil creerle; hace décadas que Estados Unidos interfiere de diversas maneras en la región (inversiones, corporaciones, derrocamiento de regímenes indeseables, lucha contra el terrorismo) que posee la mayor reserva de petróleo en el mundo. Uno se pregunta qué no serán capaces de hacer entre ahora y el 2025...

Tras ganar el Oscar por el guión adaptado de Traffic (2000), la película de Steven Soderbergh sobre el tráfico de drogas, Stephen Gaghan apunta esta vez sus baterías a la industria petrolera y a la intrincada maraña de intereses políticos y económicos –sobre todo económicos- que impulsan la fuerte presencia estadounidense en Medio Oriente. Como guionista, Gaghan repite la fórmula que le hizo ganar el Oscar (varias historias entrecruzadas, protagonismo repartido entre tres personajes claves en la trama, ambientación en varias locaciones simultáneamente); como director, da un paso adelante tras su primer intento (el anodino thriller Sin Rastro, de 2002) y se muestra hábil en el entramado de esas historias y en el pulso narrativo tenso de la película. Syriana luce como una suerte de radicalización del esquema narrativo de Traffic, donde todavía quedaba algo de esperanza y donde cada historia individual lucía una identidad propia (incluso desde el punto de vista visual) para ser identificada dentro de la trama colectiva. La película de Gaghan, en cambio, confunde todas sus subtramas a pura consciencia, generando en el espectador la sensación no sólo de que todo está interconectado (como reza el eslogan de la película) sino que además, al final (si es que hay final) todo se confunde.

Syriana acumula personajes, datos, intrigas, pequeñas revelaciones, amenazas, discusiones, atentados, persecuciones…, de un modo constante y casi sin respiro, y se le hace difícil al espectador seguir semejante cúmulo de información. Por momentos uno tiene la sensación de que ayudaría ser un analista político (si se es especializado en Medio Oriente, mejor) para penetrar en el detalle de lo que se cuenta. Uno, al mismo tiempo, es consciente de la importancia de lo que se está relatando, y se esfuerza por seguir el hilo, pero al final el esfuerzo es casi abrumador. Y, si se quiere, innecesario: el caos es real y la confusión es parte del problema. De todas formas, a uno le queda la sensación de que la superficie de lo que se cuenta no es nada nuevo: es más o menos lo que uno siempre ha sabido –o sospechado- sobre la intervención de esa “gran corporación llamada Estados Unidos” (como decía el personaje de Michael Douglas en Wall Street) en una región cuya convulsión le viene al pelo.

En medio de toda esa maraña, Gaghan se las ingenia para dejar en claro algunas cosas: que nada es blanco y negro (ni siquiera en aquel lado del mundo), que nadie es del todo inocente, que la manipulación es un oficio que alguna gente ejerce con la misma precisión devastadora con que se dispara un misil, y que el de Irak, casi con seguridad, no será el último régimen derrocado por los “promotores de la libertad” (las recientes amenazas al gobierno de Irán parecen estar anticipando el próximo objetivo). Es muy probable que sus comentarios estén dirigidos al propio público norteamericano, más que a un público internacional que siempre se ha mostrado mucho más informado de lo que pasa en el mundo.

Syriana (ver posdata) vale, al final, como un interesante thriller político –si bien abrumador y por momentos confuso- narrado con cierta intensidad y crudeza, en la misma línea no sólo de Traffic sino también de El Informante, de Michael Mann (otro estupendo film sobre intereses corporativos). Se apoya en un elenco numeroso y parejo donde realmente se destaca George Clooney (ganador del Oscar como mejor actor de reparto por este trabajo), un tipo inteligente que desde la propia productora que mantiene junto con Steven Soderbergh (Section Eight) ejerce también la función de productor ejecutivo. Entre su intensa labor actoral en Syriana y su propia realización como director y co-guionista de Buenas Noches y Buena Suerte, Clooney ha redondeado un año 2005 realmente extraordinario.

PD: ¿Qué significa Syriana? Según Robert Baer, ex-agente de la CIA y autor de "See No Evil", libro en el que se inspira la película, “es un lugar ficticio, un término que se utiliza para describir el rediseño de las fronteras del Oriente Medio para que se ajusten a nuestros intereses (los de Estados Unidos)”. Baer pone como ejemplo Irak, al que considera un país artificial, creado por los ingleses después de la Primera Guerra Mundial al unir tres provincias otomanas sin una identidad común... Fuente: Sergi Sánchez (www.elcultural.es)


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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