Michael Clayton

Michael Clayton

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Presentado por
  • Titulo original: Michael Clayton
  • Dirección: Tony Gilroy
  • Género: Drama-Thriller
  • Protagonistas: George Clooney - Tom Wilkinson
  • País: Estados Unidos Año: 2007
  • Duracion: 1h59'
  • Elenco: Tilda Swinton - Michael O'Keefe - Sydney Pollack
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

George Clooney es Michael Clayton, un abogado de Nueva York que se ha pasado toda su carrera limpiando los trapos sucios de los importantes clientes de la firma legal para la cual trabaja. Todo cambiará cuando estos trapos sucios se vuelvan en su contra durante un litigio corporativo que se convertirá en el mayor desafío de su carrera.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Un drama en clave de thriller sobre la corrupción corporativa, a medio camino entre El Informante y Erin Brockovich. Estupendo debut en la dirección del guionista Tony Gilroy (la saga Bourne).

La conciencia limpia

Michael Clayton es tanto una película de Tony Gilroy como lo es de George Clooney, que no sólo es su estrella sino también uno de sus productores ejecutivos. Desde su productora Section Eight, que comparte junto a su amigo Steven Soderbergh, se han dedicado a impulsar proyectos personales, empezando por las películas que cada uno ha dirigido (Clooney: Confesiones de una Mente Peligrosa y Buenas Noches y Buena Suerte; Soderbergh: La Gran Estafa y sus dos secuelas, Full Frontal, Intriga en Berlín, y la próxima El Argentino, sobre la figura de Ernesto ‘Ché’ Guevara). También han producido películas dirigidas por otros pero que les importan por su contenido, digamos, político, como es el caso de Syriana, de Stephen Gaghan (2005).

Michael Clayton
(MC) se inscribe dentro de este segundo grupo, porque está firmada (desde el guión y la dirección) por Tony Gilroy, pero se mete con cierto tipo de corrupción que a Clooney y a Soderbergh les interesa denunciar. Lo que era Syriana para la industria del petróleo y los intereses geopolíticos de Estados Unidos en Medio Oriente, MC lo es para la corrupción corporativa y las tretas legales de los bufetes de abogados, decididos a encubrir los trapos sucios de sus poderosos clientes a cualquier precio. Michael Clayton (el personaje) de hecho se parece mucho al agente de la CIA Bob Barnes que interpretaba el propio Clooney en Syriana (y que le valió un Oscar como mejor actor de reparto): un hombre acostumbrado al rol que cumple dentro de cierta maquinaria, dentro de cierto sistema que funciona con sus propias reglas, sin hacerse demasiados cuestionamientos morales o éticos… hasta que una sombra de duda empieza a cubrirlo y entonces se sumerge en un conflicto moral del que sólo podrá salir de una de tres maneras: 1) siguiendo como hasta entonces (lo cual no sería demasiado interesante desde el punto de vista dramático); 2) haciendo lo correcto y saliendo airoso, con su conciencia limpia; 3) haciendo lo correcto y con su conciencia limpia pero pagando con su vida (que es básicamente como terminaba en Syriana).

Más allá de qué suerte corre Michael Clayton al final de la película, lo cierto es que ésta no tendría sentido si el personaje no sufriera cierta transformación, si no se viera tentado a seguir como hasta ahora, chupando de la teta del sistema (un sistema que, siendo honestos, lo mantiene relegado a un papel de “conserje”, como él mismo afirma) sin hacer ni hacerse preguntas. Y el guión de Gilroy es hábil en la forma que lo pone contra las cuerdas, porque Clayton ha invertido todos sus ahorros en un negocio que no salió bien y está sumido en deudas, por lo que bien le serviría callarse la boca y hacer simplemente su trabajo. Pero al mismo tiempo, un viejo amigo y colega que trabaja para la misma firma (un efectivo -si bien por momentos algo pasado- Tom Wilkinson) sufre un arrebato de conciencia fácilmente confundible con locura al intentar denunciar las malas prácticas de la empresa de agroquímicos que debería defender, la cual es responsable de muchas muertes. Cuando la suerte de su amigo esté echada, Clayton deberá decidir si hace algo al respecto o si (como su instinto de supervivencia lo indica) se calla la boca y mira para un costado.

En definitiva, se trata de una interesante (si bien poco novedosa) combinación de Erin Brockovich (dirigida por Soderbergh), El Informante (tal vez el mejor ejemplo de corrupción corporativa a gran escala que ha dado Hollywood en mucho tiempo) y Fachada, dirigida por Sydney Pollack (que aquí no sólo es productor sino que también se reserva el papel de jefe de Michael Clayton). Un drama en clave de thriller que logra mantener la tensión hasta el final, más allá de que no es nada difícil anticipar cómo va a terminar. El guión es inteligente, si bien al principio un poco confuso y luego algo manipulador, e incluso sobre el final hay que perdonarle ciertos facilismos para que todo cierre más o menos a la perfección. Los personajes son medio clichenescos aunque se intente disimularlo, en especial la ejecutiva que defiende muy bien Tilda Swinton. Y el bienintencionado Clooney está muy bien, aunque haga una vez más de sí mismo.

Donde más se luce Gilroy (cuya trayectoria como guionista incluye la saga de Bourne, además de El Abogado del Diablo y Dolores Claiborne, entre otros títulos) es precisamente en la dirección, bien craneada y ejecutada con la complicidad de sus principales colaboradores (fotógrafo Robert Elswit, montador John Gilroy, compositor James Newton Howard). Desde el punto de vista cinematográfico, su ópera prima es un producto de primer nivel.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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