Mar adentro

Mar adentro

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Presentado por
  • Titulo original: Mar adentro
  • Dirección: Alejandro Amenábar
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Javier Bardem - Belén Rueda
  • País: España-Francia-Italia Año: 2004
  • Duracion: 110'
  • Elenco: Lola Dueñas - Celso Bugallo - Clara Segura
  • IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Ramón Sampedro (Javier Bardem) lleva casi 30 años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, junto al mar por el que tanto viajó y donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es terminar con su vida dignamente. Pero su mundo se ve alterado por la llegada de dos mujeres: Julia (Belén Rueda), la abogada que quiere apoyar su lucha, y Rosa (Lola Dueñas), una mujer del pueblo que intentará convencerle de que vivir vale la pena.

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Comentario de Cartelera.com.uy

El viaje hacia el mar

Te sentás en el cine sabiendo que esta es una película distinta de Amenábar; lejos está la intriga en torno a snuff movies de Tésis; lejos los vericuetos delirantes de Abre los Ojos; aún más lejos el cuento de fantasmas de Los Otros, con su propia carga emotiva. No. Este Amenábar, lo presentís, este Amenábar que co-escribe, dirije, co-produce y hasta compone música (exquisita música), ha madurado. No cualquier cineasta de 32 años se mete con el tema de la eutanasia y transmite exactamente lo que quiere transmitir. Javier Bardem (tal vez el mejor actor de habla hispana en el cine actual) es su principal aliado dentro de un conjunto de aliados. Y ganan premios. Muchos premios.

¿Pero qué son los premios cuando en realidad el mejor trofeo lo recibís vos, espectador, que tenés el privilegio de acompañar a Ramón Sampedro en su último viaje? Un viaje doloroso, claro, pero cargado de esperanza y optimismo. ¿Puede ser eso posible? Amenábar lo logra. Ha hecho una película sobre el deseo de morir que, en realidad, está llena de vida. Te conmueve hasta la raíz, pero logra mostrarte por qué alguien como Ramón querría ponerle fin a su vida. A esa vida. No le interesa que estés de acuerdo, y mucho menos que decidas querer hacer lo mismo en una circunstancia similar, sino ponerte por un momento en el lugar del otro, respetar la decisión del otro aunque no la compartas, y ser capaz de otorgarle, aunque sea al personaje de una película -ya que no en la vida misma-, el derecho de decidir sobre su propia vida.

Amenábar no disimula su posición, pero tampoco te la refriega en la cara con discursos rimbombantes. Sobre todo porque despliega un abanico de reacciones en todos los personajes que rodean a Ramón, y con eso basta. Basta ver el amor que rodea a Ramón para sentir por qué no debe morir; basta ver las barreras que contienen a Ramón para entender por qué tiene derecho a morir. Basta estar ahí para sentir. Y con eso basta.

Y vos sos un poco todas esas personas: el hermano taciturno cargado de remordimientos que se resiste a ceder; la cuñada devota que lo atiende todos los días, desde que se levanta hasta que se acuesta; el sobrino que fue el hijo que nunca tuvo ni podría tener; la vecina que viene intentando convencerlo de vivir; la abogada que quiere entenderlo para después defenderlo. Y en el proceso te convertís también en Ramón; inmovilizado sentís frustración, impotencia, amor, alegría. Querés salir volando. Y querés volver al mar para que, al final, ningún brazo solidario te recoja sino para que todo se convierta en calma de una vez, y puedas volver a ser libre.

Mar adentro, mar adentro, y en la ingravidez del fondo donde se cumplen los sueños, se juntan dos voluntades para cumplir un deseo. / Un beso enciende la vida con un relámpago y un trueno, y en una metamorfosis mi cuerpo no es ya mi cuerpo; es como penetrar al centro del universo. / El abrazo más pueril, y el más puro de los besos, hasta vernos reducidos en un único deseo: Tu mirada y mi mirada como un eco repitiendo, sin palabras: más adentro, más adentro, hasta el más allá del todo por la sangre y por los huesos./ Pero me despierto siempre y siempre quiero estar muerto para seguir con mi boca enredada en tus cabellos.

Ramón Sampedro


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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