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Ficha

Resumen

La transacción de un diamante robado deriva en caos cuando quien debía entregarlo cae en una trampa; la cosa se complica aún más con la intervención de delincuentes bastante torpes, un organizador de peleas ilegales y un boxeador gitano-irlandés al que no se le entiende nada cuando habla (Brad Pitt, en uno de sus mejores trabajos). El regreso del director Guy Ritchie (Juegos, trampas y dos armas humeantes) a un violento submundo londinense que le divierte mucho.

Comentario de Cartelera.com.uy

Boxeo, trampas y un diamante enorme

Todo es muy loco y vertiginoso, desde los movimientos de cámara, encuadres y montaje hasta la hilarante galería de personajes que puebla esta historia de malhechores en el bajo mundo londinense. Nadie que haya visto Juegos, Trampas y dos Armas Humeantes (1998), la primera película del director Guy Ritchie, se va a sorprender demasiado. En todo caso, va a confirmar que el tipo sabe cómo filmar llamando la atención en todo momento. Su tipo de cine es extremadamente "light" y entretenido. El problema es que no resulta, por ahora, demasiado innovador (hay quienes lo acusan, no del todo sin razón, de ser una versión inglesa de Quentin Tarantino); habrá que esperar hasta su tercer largometraje para evaluar si Ritchie tiene algo más para contar.

El humor negro, negrísimo, una rica y casi constante banda sonora y, sobre todo, el divertido elenco son los principales atractivos. Desde el reciente ganador del Oscar Benicio Del Toro hasta el estadounidense Dennis Farina, pasando por el serbio Rade Seberdzija y el siniestro Alan Ford (que es igualito a Albert Finney), junto a otros rostros familiares como Vinnie Jones, Jason Statham y Jason Flemyng (todos trabajaron en Juegos...), componen con precisión e irreverencia a un puñado de ladrones, mafiosos y perdedores metidos en las situaciones más insólitas.

Habría que detenerse brevemente en Brad Pitt, quien tras El Club de la Pelea (1999) parece dispuesto a romper con su imagen de nene lindo a toda costa. Aquí asume el rol de un boxeador aficionado, perteneciente a una comunidad de gitanos irlandeses, que habla demasiado rápido (o demasiado mal) como para hacerse entender. Parece que después de ver Juegos..., Pitt llamó a Ritchie y le dijo que quería trabajar en su próxima película. El director le contestó: "¿Estás loco? No tengo presupuesto para pagarte 10 millones de dólares". Así que el actor bajó considerablemente su salario, se desaliñó bastante y se tatuó todo el cuerpo. Eso, creo, habla muy bien de su versatilidad como actor y como estrella.

 

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy