Ficha
Resumen
La película que le ganó a su director el título de "paranoico" es, en definitiva, una inteligente -y muy difícil de rebatir- teoría esclarecedora de uno de los magnicidios más escalofriantes del siglo XX: el del presidente John Fitzgerald Kennedy. Oliver Stone se basa en la investigación llevada adelante por el fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison (Kevin Costner), un idealista que reabrió el caso varios años después de la condena (y asesinato) de Lee Harvey Oswald (Gary Oldman) como único autor del crimen, convencido de que los verdaderos responsables eran la mafia, algunos fanáticos líderes militares, la contrarrevolución cubana y hasta la propia CIA. O sea, una conspiración de gran altura. Pero más allá de la teoría (se hace difícil, por momentos, seguirle el rastro a tanta información y tantos personajes involucrados), el verdadero triunfo de Stone fue armar una pieza cinematográfica de más de tres horas sin aburrir al espectador, sino más bien atrapándolo por completo.