El origen

El origen

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Presentado por
  • Titulo original: Inception
  • Dirección: Christopher Nolan
  • Género: Thriller-Ciencia ficción
  • Protagonistas: Leonardo DiCaprio - Joseph Gordon-Levitt
  • País: Estados Unidos-Reino Unido Año: 2010
  • Duracion: 148'
  • Elenco: Ellen Page - Tom Hardy - Ken Watanabe - Michael Caine
  • Sitio oficial IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es un calificado ladrón que roba secretos valiosos de lo más profundo del subconsciente durante el sueño. La rara habilidad de Cobb lo ha convertido en un codiciado jugador en el mundo del espionaje corporativo, pero también en un fugitivo que ha perdido todo lo que alguna vez ha amado. Ahora a Cobb le ofrecen una oportunidad de redención.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Un thriller inteligente aunque algo menos complejo de lo que aparenta, que cae en varios excesos narrativos y visuales. Da la sensación de que, después de Batman, Christopher Nolan quiso ir a más; esta es probablemente su película más ambiciosa hasta la fecha.


La arquitectura de los sueños


Al británico Christopher Nolan (Londres, 1970) le bastaron un original thriller contado al revés (Memento, 2000) y dos blockbusters que renovaron de cabeza la franquicia Batman (2005 y 2008) para posicionarse como uno de los directores más prestigiosos y venerados de Hollywood. En el medio hizo dos películas consideradas “menores” pero que igualmente exhibían muestras varias de su talento (Insomnia, de 2002, y El Gran Truco, de 2006). Y si bien la prematura y lamentable muerte de Heath Ledger ayudó y mucho a generar su estatus de culto, es cierto que The Dark Knight (Batman: el Caballero de la Noche) marcó un hito en su carrera – tanto en calidad como en éxito de público - difícil de superar.


Lo intenta con El Origen (Inception), un thriller de ciencia ficción en cuyo guión venía trabajando desde hacía diez años. La idea no carece de originalidad, aunque es cierto que esto de las realidades paralelas (sean en sueños o en mundos virtuales) no es algo del todo novedoso. Y aunque a algunos no les guste la comparación, Matrix (1999) proponía algo similar (incluyendo el concepto del “sueño” del que el personaje tenía que “despertar” para volver a la “realidad”) aunque en un envoltorio de acción y efectos visuales mucho más espectacular y efectivo que este. Aquella película realmente marcó un antes y un después en el cine del género (si bien es cierto que tampoco inventaba todo lo que proponía), algo que Inception no logra.


Nolan parece demasiado fascinado con su trama argumental (que es un poco menos compleja de lo que aparenta a primera vista) y, como suele sucederles a los directores que han tenido un punto altísimo en su carrera, se excede y cae en la lógica tentación de ofrecer algo aún más espectacular, más original, más revolucionario. El resultado es una película indudablemente atractiva y, en más de un sentido, inteligente y original, pero que por momentos queda sepultada bajo la lógica del cine industrial más comercial: acción sin pausa y efectos visuales es-pec-ta-cu-la-res-oh-my-god!! Es como estar viendo una versión intelectual del cine de Roland Emmerich (2012), donde la regla parece ser “cuanto más, mejor”.


Eso podría bancarse, después de todo. Algunos momentos llenan el ojo (como la escena frente a la cafetería en París) y otros, en cambio, lucen exageradamente excesivos (como ese doblamiento de la misma ciudad sobre sí misma). Pero lo que más frustra, además de la acumulación de datos y explicaciones más bien didácticas de la lógica de los sueños al mejor estilo CSI, es la creciente acumulación de juegos de espejos entre las diferentes capas de sueños dentro de la ficción, algo que no sólo arriesga hacerle perder el hilo al espectador sino directamente (y más grave aún) el interés. Llega un momento en que a uno ya no le preocupa bien cómo llegaron ahí, por qué y para qué, ni quién está soñando qué para conseguir qué… De acuerdo, tal vez me distraje un segundo y me perdí algo, pero – a riesgo de sonar simplón y básico – algo no funciona cuando a una película hay que verla dos veces para entenderla.


O sea que depende de cada uno el cuelgue que se establezca con la propuesta. El tema de los sueños, e imaginar que el ser humano puede controlarlos de alguna manera (así como diseña ciudades o crea realidades virtuales, cada vez más complejas y cada vez más parecidas a la “verdadera” realidad) es fascinante, y Nolan propone cosas interesantísimas al respecto. El problema es que al mismo tiempo pifia con algunas situaciones o personajes algo forzados, que actúan por capricho del guión (mejor dicho, del guionista). Tal es el caso de la estudiante avanzada de arquitectura que hace Ellen Page (la actriz de Juno), que de buenas a primeras se suma a la extravagante misión de Cobb sin demasiados cuestionamientos y que, sobre el final, termina poco más que convertida en una experta capaz de resolver una situación verdaderamente límite. Así, en base a su complejidad narrativa (tanto temporal como espacial) y a la premisa de que en un universo onírico todo puede pasar, Inception termina resultando una de esas películas donde casi todo es posible y uno debe aceptarlo sin cuestionar (como Ellen), porque así son las cosas…


Ahora bien, es probable que si te enganchás sin pestañear, las casi dos horas y media de Nolan te resulten algo así como un orgasmo cósmico, como al parecer le gustaba decir a Salvador Dalí, que algo de sueños sabía…


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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