El encanto del erizo

El encanto del erizo

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  • Titulo original: Le hérisson
  • Dirección: Mona Achache
  • Género: Comedia dramática
  • Protagonistas: Josiane Balasko - Garance Le Guillermic
  • País: Francia-Italia Año: 2009
  • Duracion: 1h40'
  • Elenco: Togo Igawa - Anne Brochet - Ariane Ascaride
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Libremente inspirada en una novela de Muriel Barbery, esta película describe el cruce de vidas que se produce entre Renée Michel (Josiane Balasko), encargada de un edificio en París, discreta y solitaria; Paloma Josse (Garance Le Guillermic), una niña de 11 años inteligente y curiosa que ha decidido suicidarse en su cumpleaños número 12; y el rico y enigmático señor Kakuro Ozu (Togo Igawa), un viudo japonés recién llegado al edificio.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Una agridulce comedia dramática sobre la desesperanza, la soledad, la vida y la muerte, y también sobre el encuentro entre almas gemelas y las nuevas oportunidades. Entre un puñado de estupendos personajes muy bien interpretados sobresale la increíble Renée de Josiane Balasko.

Libros, chocolate y peces de colores

Cada tanto aparece en la cartelera montevideana una de esas películas que nos reconcilian con el hábito de ver buen cine, que parece destinada a permanecer por un tiempo en alguna sala como refugio para quienes creemos que cada vez es más difícil verse sorprendido y emocionado por una película. El encanto del erizo es una de ellas.

Libremente inspirada en la novela de Muriel Barbery, esta comedia dramática se ubica casi enteramente dentro de un edificio de apartamentos de clase acomodada en París. Aquello es casi un micro mundo, con sus diferentes tipos humanos, estatus sociales, relaciones de poder, pequeñas miserias, amistades y esperanzas que se generan entre un reducido número de personajes. Los protagonistas son básicamente tres: Paloma (Garance Le Guillermic), una niña de 11 años extremadamente inteligente y sensible, tanto que ha decidido no aceptar su lugar en la vida burguesa y aburrida de su familia (a la que compara con una pecera) y planifica quitarse la vida en su cumpleaños número 12; Renée Michel (Josiane Balasko), conserje del edificio, discreta, solitaria y - según su propia descripción - "bajita, gorda y fea"; y Kakuro Ozu (Togo Igawa), un señor japonés viudo, rico y enigmático recién llegado al edificio.

El vínculo entre los tres, y sobre todo entre Renée y el señor Ozu (del que es testigo a corta distancia la curiosa Paloma), permite un delicioso juego de observación y contraposición de caracteres que resulta en una cálida y sensible reflexión sobre la vida, la muerte y casi todo lo que hay en el medio. Si hay algo que parece definir a los tres personajes, y que de hecho los une de una manera quizás invisible para el resto del mundo, son sus respectivas soledades. En ellas se reconocen, aunque no sean del todo conscientes al principio. Cada uno parece haber encontrado una forma de escondite para sí mismo o misma, y lo que la película cuenta es cómo comienzan de a poco a salir de esos escondites para interactuar, para asomarse a otras experiencias vitales, tal vez para animarse a cambiar, cada uno a su manera (la frase de Tolstoi en Anna Karenina, "Todas las familias felices se parecen; sólo las familias infelices parecen distinguirse unas de otras", es compartida con complicidad a lo largo de la película).

Es realmente conmovedor, en particular, ver la salida de su escondite de Renée, una mujer de 54 años pero que ya se considera "vieja", que ha tirado la toalla en lo que a relaciones afectivas se refiere (a no ser por alguna amiga solidaria) y que, tras una apariencia hosca, esconde una gran sensibilidad y gracia. Es Paloma quien la compara, precisamente por eso, con un erizo. Y es el señor Ozu (sin relación con el célebre director japonés) quien logra percibir su encanto más allá de las apariencias. Renée parece una versión mayor de Lolita, aquella joven obesa y resentida (sobre todo con su padre) que interpretaba Marilou Berry (hija de la actriz Josiane Balasko) en Como una imagen (2004), maravillosa película de Agnés Jaoui. Y hay algo de la sensibilidad de esa estupenda guionista, actriz y directora en esta ópera prima de Mona Achache, una joven realizadora (nació en 1981) con experiencia previa en el cortometraje.

Achache ha señalado que, para ella, El encanto del erizo es una historia con todos los ingredientes de un cuento de hadas, en el que Renée es Cenicienta, Paloma una suerte de hada, y Kakuro el príncipe. La historia de amor incipiente entre Kakuro y Renée tiene algo de anticuado, y está filmada por la directora con un clasicismo encantador. Es a través de la intervención de Paloma que Achache se permite liberar su estilo y jugar, como si fuera una niña que utiliza una vieja cámara de cine a manera de diario íntimo, o que plasma en papel y marcadores - en ilustraciones simples que de pronto cobran vida - su forma de ver a los demás (tal como hace Paloma en la película). Quizás no termine de convencer la excesiva agudeza de la niña, más propia de una adulta que de una criatura de 11 años, por más brillante y precoz que sea. Pero es imposible no caer rendidos ante el encanto de la pequeña actriz que la interpreta.

De hecho todo el elenco es parejo y notable, incluyendo a esa madre algo extravagante y neurótica que hace Anne Brochet (muchos años después de haber sido la exquisita Roxane del Cyrano de Depardieu). Pero quien realmente impresiona es la increíble Josiane Balasko, una actriz llena de sutilezas que logra transmitir con una convicción conmovedora todos los matices de su erizo encantador. Sobre el final, sin ánimo de revelar demasiado, hay una suerte de golpe bajo que funciona como intromisión de la vida real, del mundo exterior como agente desacomodador; más allá del shock, ese suceso sirve para resignificar totalmente lo que se nos ha contado hasta ese momento: la desesperanza, la soledad, la vida y la muerte. Y también las segundas oportunidades, los nuevos comienzos, el encuentro entre almas gemelas más tarde o más temprano, que de eso también está hecha la existencia.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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