Río helado

Río helado

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  • Titulo original: Frozen river
  • Dirección: Courtney Hunt
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Melissa Leo - Misty Upham
  • País: Estados Unidos Año: 2008
  • Duracion: 1h37'
  • Elenco: Michael O'Keefe - Charlie McDermott - Mark Boone Junior
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

En quiebra después de que su esposo desaparece con el único dinero que le quedaba, Ray (Melissa Leo) establece una frágil sociedad con Lila (Misty Upham), una joven Mohawk que vive en una reserva indígena cerca de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Juntas realizan viajes contrabandeando inmigrantes ilegales a través del helado río San Lawrence. Film modesto y contundente, ganador de varios premios internacionales y dos nominaciones al Oscar: mejor actriz (Melissa Leo) y mejor guión original.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Una muy buena historia sobre la supervivencia, sólidamente narrada y excelentemente interpretada, sobre todo por la extraordinaria Melissa Leo.

Libre comercio

Varios premios internacionales (incluyendo la Concha de Plata a la Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián 2008), el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2008 y dos nominaciones al Oscar 2009 (mejor actriz y guión original) seguramente facilitaron la distribución internacional de esta pequeña película, de bajísimo presupuesto, que de otra manera posiblemente hubiese pasado directamente a DVD. Su distribuidor local lo sabe, por eso se exhibe en una única sala y, a juzgar por la poca gente que había en el cine, es probable que no permanezca demasiado tiempo en cartel. Es una lástima, porque a pesar de la extraña (si bien a veces justificada) mala fama de cierto cine independiente norteamericano (al que se acusa de festivalero, pretencioso y sobre todo poco original), Río Helado es de hecho una muy buena película que no debería pasar inadvertida.

La directora y guionista debutante (en el largo) Courtney Hunt ya había hecho un corto sobre el mismo asunto y, alentada por su buena repercusión, se sintió motivada a extender la historia hasta el formato de un largometraje. La película tiene, entonces, la duración óptima y exacta que uno siente que debía tener, sin estiramientos innecesarios ni subtramas secundarias cuya ausencia ya constituye todo un mérito. Pero además posee el interés adicional de adentrarse en una geografía y una realidad poco captada por el cine norteamericano, la de la supervivencia de los “pobres de América” (la América del Norte, se entiende, que todavía tienen auto y un techo, por más rudimentario que sea, bajo el cual dormir) en un territorio agreste e inhóspito como el de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, más concretamente al noreste del estado de Nueva York, allí donde el helado río Lawrence lo separa de la provincia canadiense de Québec.

Como suele suceder con los desclasados y marginados de algún tipo, los protagonistas de esta película se las arreglan para sobrevivir como pueden. En este caso, lo único que une en principio a Ray (Melissa Leo) y a Lila (Misty Upham) es el robo de un auto y luego el tráfico de inmigrantes ilegales (principalmente chinos) a través de la frontera, facilitado por cierto vacío legal en la zona de la reserva indígena en la que habita la segunda, que es de origen Mohawk. En su vínculo –que es imperfecto, tenso, a veces hasta violento- se anotan algunos iniciales prejuicios raciales (“la blanca”, “la india”). Claro que esta no es una película sobre la inmigración ilegal (“libre comercio entre naciones”, según Lila); ambas podrían haberse dedicado a vender marihuana si eso hubiese cubierto más rápidamente sus necesidades. Como tampoco lo es sobre prejuicios raciales.

Es una historia sobre la supervivencia económica (algo que tiene mucho que ver, por cierto, con el libre comercio, donde cada uno está librado a su suerte) y sobre la insólita pero honda solidaridad que se establece entre mujeres que no tiene a nadie más que a sí mismas y a sus hijos para proteger. Tanto Ray como Lila tienen experiencias de vida muy diferentes aunque objetivos muy similares (la primera ya dejó su juventud atrás, y su mayor aspiración es una nueva casa para sus hijos; la segunda es todavía muy joven y sólo desea recuperar a su bebé, que está al cuidado de su ex suegra). Es muy significativa la ausencia de sus hombres, en particular del marido de Ray, un jugador compulsivo que huyó con los únicos ahorros de la familia y cuyo regreso esperan sus hijos, sobre todo el más pequeño. De algún modo son como despojos sociales que habitan ese enorme patio trasero del sueño americano que es la América profunda, algo que no sólo se ve en sus actos (donde no hay mayores cuestionamientos morales a lo que hacen) sino sobre todo en sus cuerpos, en sus ropas, en su temprano o tardío desencanto dibujado en sus rostros. En ese sentido Upham es toda una revelación, en cambio para la extraordinaria Melissa Leo (a quien ya vimos en películas como 21 Gramos y Los Tres Entierros de Melquiades Estrada) su composición de Ray –su primer protagónico en más de 20 años de carrera- es una oportunidad de demostrar todo su talento. Un primer plano de su rostro curtido, alejado de cualquier rastro de glamour, tiene más fuerza y carga emotiva que, por ejemplo, los carísimos 166 minutos de Benjamin Button y sus 13 nominaciones al Oscar.

Río Helado se filmó en 24 días con una pequeña cámara digital, en locaciones naturales muy bien aprovechadas por una fotografía que se ajusta a las posibilidades técnicas disponibles. Se trata de una producción de una austeridad tan contundente que no hace más que confirmar que el mejor cine, como regla general, empieza y termina en una buena historia, sólidamente elaborada y con personajes bien construidos y convincentemente interpretados. Cualquier otra cosa adicional es puro artificio. Aquí no hay ninguno.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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