Diamante de sangre

Diamante de sangre

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Presentado por
  • Titulo original: Blood Diamond
  • Dirección: Edward Zwick
  • Género: Drama-Aventura
  • Protagonistas: Leonardo DiCaprio - Jennifer Connelly
  • País: Estados Unidos Año: 2006
  • Duracion: 138'
  • Elenco: Djimon Hounsou - Arnold Vosloo - David Harewood - Michael Sheen
  • IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Diamante de Sangre es la historia de Danny Archer (Leonardo DiCaprio), un ex mercenario sudafricano que se dedica a traficar diamantes, y Solomon Vandy (Djimon Hounsou), un pescador Mende que fue arrebatado de su familia y forzado a trabajar en los campos de diamantes. Ambos hombres son africanos pero sus historias y circunstancias son completamente diferentes. Sus destinos se encuentran de pronto unidos, por una búsqueda en común para recuperar un extraño diamante rosa, una piedra preciosa que puede cambiar una vida… o terminarla. Todo sucede durante el caos de la guerra civil que se desató en Sierra Leona durante la década de 1990.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Como film de acción y aventura tiene sus buenos momentos, pero cuando pretende denunciar los conflictos de África suena frívola y demagógica. Leo DiCaprio está muy bien, y Djimon Hounsou está excelente.

Piedras preciosas

África es un continente paradójico: al tiempo que sus desgracias han sido mayormente ignoradas por el resto del mundo, sus riquezas naturales la han convertido en blanco del saqueo por parte del mundo desarrollado incluso hasta hoy, mientras los líderes de los países ricos se llenan la boca hablando de cómo facilitar que África sea auto sustentable. Hipócritas. Es como preocuparme por mi vecino de enfrente cuyas riquezas desaparecen, cuando en realidad son extraídas por un túnel que viene directo a mi casa. Ah, y además genero conflictos internos haciendo que algunos de sus hijos arrojen esas riquezas dentro de mi túnel a cambio de armas, por ejemplo, con las cuales derrocar al dueño de casa.

El de los llamados “diamantes de sangre” es apenas uno de los capítulos de la eterna explotación de recursos naturales de África que sólo han servido (además de sustentar la riqueza de los países más poderosos) para convertir al continente negro en caldo de cultivo de conflictos entre etnias rivales, algunas de las cuales han sido armadas ilegalmente a cambio de facilitar el tráfico de diamantes fuera de África.

Diamante de Sangre se ubica precisamente en Sierra Leona en 1999, en plena guerra civil que enfrentaba al gobierno con el Frente Unido Revolucionario (o RUF, según sus siglas en inglés), que de revolucionario no tenía nada más que el nombre y su oposición armada a un gobierno, pero que en realidad se trataba de una banda de forajidos que miraban demasiado hip-hop por televisión y arrasaban pueblos acribillando a civiles inocentes. También, a punta de ametralladoras y machetes, recolectaban mano de obra forzada para los campos de diamante bajo su explotación y secuestraban niños y adolescentes a los que convertían en soldados bajo el adoctrinamiento de drogas y alcohol. Su único propósito al sembrar todo ese terror era, en definitiva, la venta ilegal de diamantes hacia las vecinas Liberia y Guinea y, más tarde, hacia Londres y Bélgica, donde los grandes comerciantes de piedras preciosas hacían la vista gorda ante el sangriento origen de su lucrativa mercancía.

O al menos esa es la imagen que nos presenta la película, escrita por Charles Leavitt tras una investigación que incluyó el libro "Blood Diamonds: Tracing the Deadly Path of the World's Most Precious Stones”, de Greg Campbell. Cuando uno ve una película de Hollywood sobre las miserias del Tercer Mundo tiene que estar preparado para tomar con grandes pinzas todo lo que pueda ser una caricatura o una exageración, y ciertamente la mayoría de los personajes y situaciones que se describen aquí corren el riesgo de serlo. Al fin de cuentas hay que entretener, y de paso limpiar nuestra conciencia diciendo algunas medias verdades. Algo similar pasaba con El Señor de la Guerra, estrenada aquí el año pasado, con la diferencia de que la película de Andrew Niccol estaba jugada más a un cinismo exagerado. Diamante de Sangre se propone como seria y preocupada, y no hay nada más demagógico y frívolo que un productor de cine con conciencia de culpa. De esta manera, el film se inscribe en una serie reciente de películas “políticamente correctas” sobre el rol del mundo poderoso e industrializado en los sangrientos conflictos de África, entre las que podemos mencionar a las sensiblemente superiores Hotel Rwanda (dirigida por Terry George en 2004) y El Jardinero Fiel (Fernando Meirelles, 2005).

Al director Edward Zwick le sobra talento como narrador con gusto por la acción y el despliegue épico, como lo ha demostrado en Tiempos de Gloria (1989) o El Último Samurai (2003); ciertamente, como film de acción y aventura, Diamante de Sangre tiene algunos buenos momentos. Lástima que al guión de Leavitt no se le pueda tomar demasiado en serio cuando le hace decir a sus personajes cosas de una frivolidad irritante; la que se lleva las peores líneas es la periodista preocupada que hace Jennifer Connelly, quien llega a decir frases como “en medio de este infierno, ¿qué diferencia hace que ayude a una sola persona?... No puedo creer que dijera eso”... Nosotros tampoco.

Lo mejor del film, y lo que finalmente lo salva de caer en la mediocridad más absoluta más allá de su cuidado técnico (obvio), es la convicción que le imprimen a sus personajes Leo DiCaprio (quien ha subrayado la denuncia del film contra los diamantes de zonas de conflicto) y, sobre todo, el extraordinario Djimon Hounsou, un actorazo nacido en Benín (no lejos de Sierra Leona) a quien descubrió Steven Spielberg en Amistad (1997), y a quien pertenecen los únicos momentos de legítima convicción dramática de la película. Ya recibió una nominación al Oscar como mejor actor de reparto por Tierra de Sueños (2003), y es muy probable y justo que este año reciba otra.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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