Crónica de una fuga

Crónica de una fuga

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Presentado por
  • Titulo original: Crónica de una fuga
  • Dirección: Israel Adrián Caetano
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Rodrigo de la Serna - Pablo Echarri
  • País: Argentina Año: 2006
  • Duracion: 103'
  • Elenco: Lautaro Delgado - Matías Marmorato - Nazareno Casero
  • Sitio oficial IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Buenos Aires, 1977. Un “grupo de tareas” al servicio del gobierno militar secuestra a Claudio Tamburrini (Rodrigo de la Serna), arquero de un equipo de fútbol de la “B”, y lo traslada a un centro clandestino de detención conocido como la Mansión Seré: una vieja casona del periférico barrio de Morón. Durante el cautiverio conoce a otros detenidos y tras varios meses de encierro comienzan a planificar una fuga. Aunque el film narra una historia real ocurrida durante la dictadura militar, no se trata precisamente de una película política. Se trata, como su nombre lo indica, de un film de suspenso donde unos pocos personajes se encuentran con la posibilidad de escapar de una muerte cierta.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Caetano ha hecho un film de suspenso –no una denuncia política- que funciona muy bien, sobre todo en sus minutos finales.

La ventana

Los largos y oscuros años de dictadura en la región vienen siendo revisados desde hace tiempo, y no hace falta comentar los progresos que se han realizado en países como Chile, Argentina y, ahora, Uruguay para ir conociendo la verdad y estableciendo responsabilidades por las terribles violaciones a los derechos humanos infringidas por los regímenes militares de la época. Sin embargo, es probable que todavía lleve muchos años saber todo lo que realmente ocurrió, si es que toda la verdad logra, algún día, salir a la luz. Escondidos entre los casos más notorios y los sucesos históricos más recordados hay un montón de episodios más o menos individuales que, aún desconocidos, suman a la elaboración de una vergonzosa aunque inevitable historia colectiva.

El de Claudio Tamburrini y su paso por la “Mansión Seré” es uno de esos episodios. A un año de instalado el gobierno militar en Argentina, este modesto arquero de Almagro (excelentemente encarnado por Rodrigo de la Serna) es detenido y conducido a una vieja casa en el periférico barrio de Morón, en Buenos Aires. Allí, entre la tortura física y psicológica, la incertidumbre y la locura de una banda de matones al servicio de la dictadura (encabezada por un sujeto, bien encarnado por Pablo Echarri, que representa al clásico “tira”), establecerá con otros detenidos un vínculo basado primero en la desconfianza (Claudio, que niega cualquier vinculación con organizaciones de izquierda, terminó allí porque alguien lo “cantó”) y luego en la mutua necesidad de escapar de una muerte cierta.

El uruguayo/argentino Adrián Caetano, que tenía 8 años cuando sucedió el evento, se vio motivado por la descripción que hizo el propio Tamburrini en su libro autobiográfico de cuatro jóvenes (entre los que se encontraba él mismo) “desnudos, esposados, corriendo una madrugada de tormenta furiosa para escapar del infierno que les marcaría la vida”. “Allí se encontraba la esencia del film”, dice Caetano con absoluta razón. Porque Crónica de una Fuga no es un film sobre la tortura, la persecución política o la dictadura (cuestiones que, por razones obvias, aborda lateralmente) sino sobre la inquebrantable búsqueda de la libertad aún en las circunstancias más difíciles. Quizá por esto la película resulta mucho más interesante, dramática y tensa en sus tramos finales que en la mayor parte de su primera hora y media. Caetano logra transmitir esa sensación terrible de inseguridad y paranoia que se respira tanto en la calle como dentro del centro de torturas.

Su principal mérito es, como ya se ha señalado, que evita caer en aquella terrible “pornografia de la tortura” que empañó al cine argentino de la salida a la democracia, y de la cual La Noche de los Lápices (1986), en su afán por denunciar un episodio igualmente terrible aunque más conocido, fue un ejemplo paradigmático. Caetano es un director mucho más sutil que Héctor Olivera, interesado en generar una atmósfera opresiva más que en mostrar gráficamente qué le hacían a quién y de qué manera. Es que lo suyo no es una denuncia política sino un film de género, la “crónica de una fuga” –como promete el título- y no de una detención.

Como director Caetano recurre, una vez más, a su cinefilia. Así como en su excelente Un Oso Rojo (2002) trasladó básicamente las fórmulas del policial y, sobre todo, del western a un suburbio de Buenos Aires, aquí aplica recursos propios del cine de horror (gran angulares deformantes; sombras proyectadas sobre pisos vacíos; gritos que llegan desde otra habitación; la propia arquitectura de la casa, que remite a la residencia Bates que utilizó Alfred Hitchcock en Psicosis) para ubicar al espectador en un clima de pesadilla que haga imprescindible el escape hacia el exterior. Pocas veces la apertura de una ventana tuvo tanta significación como en este caso.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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