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Ficha

Resumen

Walk the Line es una crónica de la vida de Johnny Cash (Joaquin Phoenix), un ícono del folk americano, centrándose en su relación con su esposa June Carter (Reese Witherspoon). La historia empieza en el Arkansas de la era de la Gran Depresión, rastreando los orígenes de John R. Cash en los campos de algodón donde trabajaba su padre, hasta su estrellato en Memphis, junto a leyendas como Elvis Presley, Carl Perkins, Roy Orbison y Jerry Lee Lewis. Ganadora de 3 Globos de Oro: mejor película musical o comedia, mejor actor (Joaquin Phoenix) y mejor actriz (Reese Witherspoon). Witherspoon también obtuvo un Oscar como mejor actriz.

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras… Una biografía más bien convencional y algo superficial, que vale la pena más que nada por la labor de sus protagonistas y por la música de Johnny Cash.

El hombre de negro

What have I become / my sweetest friend / Everyone I know goes away / in the end - “Hurt”, de Trent Reznor (último hit de Johnny Cash)

Cuando Johnny Cash murió el 12 de setiembre de 2003, a la edad de 71 años, casi cuatro meses después que su amada esposa y compañera June Carter Cash, se apagó una carrera que había atravesado prácticamente medio siglo. Su personalísima interpretación de “Hurt”, de Trent Reznor, cuyo video dirigido por Mark Romanek ganó el premio MTV al mejor video de aquel año, pareció el canto del cisne ideal para quien se había convertido en un ícono de la música norteamericana. No sorprende que Hollywood haya querido homenajearlo en la forma de una película. El encargado de ese homenaje es James Mangold, director eficiente aunque impersonal que ha hecho cosas más (Tierra de Policías, Inocencia Interrumpida) o menos (Kate & Leopold, Identidad) interesantes.

Su aproximación a la trayectoria de J.R. Cash (según su nombre de nacimiento), guionada por el propio Mangold junto a Gill Dennis, es una biografía más bien convencional y algo superficial que recorre varios momentos claves de la vida del músico. Desde su infancia durante la Gran Depresión en un campo de Arkansas, pasando por su estancia en Alemania como miembro de la Fuerza Aérea y su acercamiento a la escena musical de la mano de gente como Elvis Presley y Jerry Lee Lewis, Walk the Line se centra sobre todo en la relación entre Cash y June Carter, integrante de una familia musical y una estrella de moderado reconocimiento incluso mucho antes que el propio Cash siquiera entrara en un estudio de grabación. De esa manera la película es ante todo una historia de amor, y bastante reveladora por cierto de los zigzagueos de esa relación así como de la devoción con que June se propuso salvarlo de la adicción a las anfetaminas que amenazaba con destruir su vida.

Lo que faltó, en todo caso, fue conocer más en profundidad no sólo al Johnny Cash músico, sino al individuo. Por momentos parecería que podríamos estar viendo cualquier historia de amor con drogas en el medio, ya que la película no ofrece demasiadas pistas sobre la importancia de Cash como figura trascendental de la música norteamericana de la segunda mitad del siglo XX (algo que sí hacía mejor la biografía de Ray Charles estrenada el año pasado, de temática similar). Ahí están, sí, sus primeros ensayos con “los Dos de Tennessee”, su aproximación al estudio de grabación de Sam Phillips, sus primeros éxitos como “Cry! Cry! Cry!” y “Hey, Porter”, y esa amplitud de registros que le permitía pasar del country más tradicional (del que es digna representante “I Walk the Line”, canción que da título a la película) al rock & roll que hacía furor en la época (“Get Rhythm”, “Big River”). No hay nada, por ejemplo, sobre la postura política de Cash en unos años ’60 que fueron explosivos, en gran parte por la guerra de Vietnam a la que él se opuso terminantemente.

El guión decide, en cambio, seguir casi exclusivamente los pasos de aquella historia de amor, amenazada por un par de fantasmas personales con los que se insiste reiteradamente: la devastadora muerte de su hermano mayor, Jack, cuando Johnny tenía apenas 11 años, y la conflictiva relación con su padre Ray (Robert Patrick), un hombre duro e incapaz de cualquier demostración de afecto. Se sugiere que ambos fantasmas son los que condujeron a Cash a una adicción autodestructiva, además del exigente itinerario de presentaciones artísticas al que se sometió durante los primeros años de su carrera. Cumpliendo con el viejo esquema de la redención y el-amor-que-todo-lo-puede, la película concluye apenas después del casamiento con June, a comienzos de los años ’70, con un tranquilizador aunque parcialmente falso final feliz (se sabe que Cash volvería a recaer en las drogas más adelante).

Pero la película es lo que es, y el espantoso título en español lo dice todo: esta no es la historia de Johnny Cash sino la historia de amor entre Johnny y June, y como tal cumple con su cometido. Sobre todo por la entrega de sus dos protagonistas, en particular Joaquin Phoenix, quien desde su intensidad le aporta a su Johnny Cash toda la complejidad y profundidad que el guión parece tímido en proporcionarle. Lo de Reese Witherspoon, que ha ganado varios premios por su retrato de June y parece una firme candidata al Oscar, impresiona más que nada porque luce convincente en una faceta dramática que hasta ahora no había explotado entre tanta comedia tonta (con la excepción de la estupenda La Elección, de Alexander Payne, donde estaba realmente brillante). Pero si uno se pone realmente exigente su labor es nada más que correcta.

La música, por supuesto, es un atractivo aparte, con la particularidad de que tanto Phoenix como Witherspoon pusieron sus voces en lugar de las de Johnny y June, y salieron realmente airosos del desafío.

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy