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Ficha

Resumen

Esta película está basada en una historia real, la de Michael Oher (Quinton Aaron), un adolescente negro de origen humilde que es acogido por una familia blanca y acomodada. En su nuevo ambiente, y en especial gracias al apoyo de su madre adoptiva, Leigh Anne Tuohy (Sandra Bullock), el joven Michael empezará a desarrollar su potencial como prometedor jugador de fútbol americano.

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Un drama sencillo y humano, inspirado en una historia real, cuyo principal atractivo es Sandra Bullock en un ligero cambio de tono. No es el primer drama en el que participa, pero sí su labor dramática más convincente hasta la fecha.

La excusa perfecta

El Oscar recientemente dado a Sandra Bullock por su papel en The Blind Side es, a todas luces, más un premio a su popularidad que a su talento como actriz. Nadie objetivamente puede pensar que su actuación en esta película pueda superar en intensidad a la de Gabourey Sidibe en Precious o a la de Carey Mulligan en An Education, dos jovencísimas actrices que hubieran merecido mucho más el premio, cualquiera de ellas. O incluso a la de Helen Mirren, que sin haber visto The Last Station no es difícil imaginar que debe tratarse de otra gran labor de la formidable actriz británica. Respecto a la 16ª nominación de Meryl Streep, intentar compararla con alguien – haga lo que haga – sería un despropósito.

Pero se sabe que la Academia no premia necesariamente lo mejor, sino simplemente lo que a una mayoría de sus miembros votantes se le antoja por las razones más diversas. Bullock es, desde hace años, una de las estrellas más populares de Hollywood y una celebridad sencilla y con encanto innegable, lo que la convierte en el perfecto ejemplo de eso que los estadounidenses llaman "a girl next door" (“una chica de al lado”, lo que significa algo así como una chica común y corriente). Es una buena comediante y, por más que a ella no le guste, es también la reina de las comedias románticas, al menos desde Mientras Dormías (1995) a esta parte (en 2009 estrenó con sobrado éxito La Propuesta). Lo que la Academia necesitaba, entonces, era apenas una excusa para darle el Oscar. Y esa excusa se llama The Blind Side (o, en mercados latinos, Un Sueño Posible).

En esta película, basada en una historia real, Bullock interpreta a Leigh Anne Tuohy, una madre de familia sureña, profesional y económicamente acomodada, que acoge en el seno de su hogar y de su familia a un adolescente negro desamparado (el casi debutante Quinton Aaron). El chico, de origen humilde y parte de una familia desmembrada, se convirtió rápidamente en un miembro más de la familia, desafiando los prejuicios y las convenciones de un ambiente sureño y tradicionalmente racista. Fue una decisión tan desinteresada como valiente la de Tuohy, y especialmente significativa teniendo en cuenta que se trata de una mujer blanca, republicana, miembro de la Asociación Nacional del Rifle (según declara en determinado momento) pero, como lo demostró con su gesto, no racista, algo habitualmente asociado a las y los estadounidenses que encajan con ese perfil político-ideológico. Su caso recuerda al de otra heroína anónima (Erin Brockovich), que también adquirió trascendencia gracias a una película (homónima) y a un premio Oscar a otra actriz simpática y popular (Julia Roberts). Y es muy probable que tanto un Oscar como el otro hayan sido premios no sólo a la actriz sino también al personaje.

Al mismo tiempo, el premio a Bullock podría verse justificado por el hecho de que ella es el principal atractivo de una película más bien modesta, cuyo tema y tratamiento parecerían más acordes, en principio, para un telefilm. No es que no sea una historia interesante e inspiradora, pero está contada por el guionista y director John Lee Hancock (colaborador nada menos que de Clint Eastwood en los guiones de Un Mundo Perfecto y Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal) de manera superficial y directa, sin escarbar más allá de lo necesario en las complejidades del drama humano. Es como si cada momento, cada escena, cada diálogo estuvieran allí para ilustrar al espectador sobre cómo se desarrollaron los acontecimientos, de manera esquemática y sin sorpresas. Todo parece más bien un vehículo apropiado para que Sandra exhiba sus posibilidades como actriz dramática (algo que ya había hecho, en un rol secundario, en la oscarizada Crash). Y, desde ese punto de vista, la película cumple su cometido. Al menos así lo entendió una mayoría de miembros de la Academia…

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy