Las horas

Las horas

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  • Titulo original: The hours
  • Dirección: Stephen Daldry
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Meryl Streep - Julianne Moore - Nicole Kidman
  • País: Estados Unidos-Reino Unido-Francia-Canadá-Alemania Año: 2002
  • Duracion: 114'
  • Elenco: Toni Collette - Ed Harris - Claire Danes - Stephen Dillane
  • IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

El filme –que adapta la novela de Michael Cunningham ganadora del premio Pulitzer de 1998- se estructura en torno a tres historias paralelas, que tienen lugar en tres épocas históricas diferentes. La primera tiene como protagonista a la escritora Virginia Woolf (Nicole Kidman), que en el Londres de 1923 -mientras se recupera de una severa depresión- comienza a escribir su primera gran novela, “Mrs. Dalloway”. Veintiocho años después, en 1951, Laura Brown (Julianne Moore) es un ama de casa de Los Ángeles atrapada en un matrimonio infeliz cuya lectura de esa misma novela la lleva a considerar un devastador cambio en su vida. Ya en la actualidad, la editora neoyorquina Clarissa Vaughan (Meryl Streep) prepara una fiesta para su antiguo amante, Richard (Ed Harris), un escritor que muere de sida y que suele apodarla cariñosamente “Mrs. Dalloway”

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Comentario de Cartelera.com.uy

"Alguien tiene que morir... para que los demás apreciemos la vida"

Así le responde Virginia Woolf (Nicole Kidman) a su esposo Leonard (Stephen Dillane), cuando éste, acerca de la nueva novela que ella está escribiendo, le pregunta por qué alguien (algún personaje) tiene que morir. La película comienza y termina con el suicidio de la propia escritora, que realmente tuvo lugar en Sussex, Inglaterra, en 1941. Y sin embargo es lo que, apelando a lugares comunes, uno podría llamar "un canto a la vida".

También sería una forma de reducir sus alcances, pero es verdad: Las Horas es una de las obras que con mayor apasionamiento reflexiona acerca del hecho de vivir, acerca del tránsito del ser humano sobre esta Tierra, acerca de la búsqueda de la felicidad, ese aparente objetivo que por momentos alcanzamos inadvertidamente, porque como dice el personaje de Meryl Streep, "no me di cuenta que la felicidad era eso".

Habría que leer la novela de Michael Cunningham -dicen que es notable- para saber cuál es el verdadero mérito del guionista y dramaturgo David Hare al adaptarla para el cine. Pero el mero hecho de entrelazar tres historias aparentemente independientes en una sola (al final, Las Horas es una única historia protagonizada por tres mujeres a lo largo del tiempo) es una suerte de proeza. En ningún momento se confunde al espectador, las escenas se suceden con formidable continuidad -empleando determinados elementos en común, como un ramo de flores, o determinada posición física de los personajes- y las múltiples revelaciones anecdóticas y emocionales fluyen en los momentos justos, casi como esperadas aunque nunca previsibles.

Se trata, claro, de jugar con asuntos paralelos: mientras Virginia escribe la que sería su primera gran novela -Mrs. Dalloway-, Laura Brown (Julianne Moore) la lee en 1951 y experimenta cambios personales a medida que la pluma de la escritora arroja tinta sobre el papel. Y en 2001, Clarissa (Meryl Streep), que se llama igual que la protagonista del libro que seguramente leyó alguna vez, vive, al igual que Mrs. Dalloway, un día que probablemente jamás olvidará.

No es menor el mérito del director británico Stephen Daldry (Billy Elliot), quien aporta prácticamente un estilo visual definido a cada uno de esos segmentos temporales: el Sussex de 1923 está rodeado de bruma e interiores oscuros; Los Angeles de 1951 luce tan brillante como un anuncio de televisión, y así contrasta con el derrumbe interior que sufre Laura; la Nueva York del siglo XXI es indudablemente moderna, urbana, sucia, casi impersonal. Daldry exhibe además una estupenda sensibilidad, y una mirada precisa para detener su cámara ante el primer plano de un rostro, o para estirar un silencio que dice más que mil palabras. A la altura de su segundo largometraje, Las Horas confirma a Daldry como un cineasta quizá no personal, al menos no aún, pero decididamente sensible y creativo.

Su mayor mérito, sin embargo, parece ser la reunión de un elenco increíble. Sus tres primeras actrices fueron premiadas conjuntamente en el reciente Festival de Berlín. Streep se las arregla para, todavía, seguir siendo una de las mejores actrices del mundo. Es cierto que sus registros son siempre más o menos los mismos, pero se apropia de sus personajes de una manera tan convincente y conmovedora que uno no puede quitarle los ojos de encima. Moore, quien es ya casi una experta en interpretar mujeres devastadas emocionalmente (Magnolia, El ocaso de un amor), asume el rol más ambiguo de la película, ese que -en un film donde no hay villanos- podría llegar a ganarse el menosprecio del espectador. Pero es imposible: Moore -y un texto brillante- logran que uno se apiade de ella.

Pero es quizá Kidman quien sorprende más, porque demuestra su madurez como actriz al encargarse de un personaje nada sencillo. Mucha gente confiesa no darse cuenta que es la misma actriz de Moulin Rouge quien está detrás del maquillaje, y es que Kidman se transforma, además, interiormente, y hasta adquiere otro tono de voz -más áspero, más grave- para encarnar a una Virginia tan inteligente como depresiva.

Pero no alcanzan las palabras, hay que ir a verlo. Como hay que ver a todo el elenco que las acompaña, especialmente a Ed Harris, Toni Collette, Jeff Daniels y Stephen Dillane, a quienes les alcanzan una o dos escenas para conmover al espectador. Es probable que Las Horas, por su calidad literaria y aparente "teatralidad" (casi todo el film está hecho, básicamente, de conversaciones) sea catalogada como "una película de actores", y no mucho más. Pero, ¿hay más? Los actores -los buenos actores- no simplemente actúan bien, sino que viven vidas en la pantalla. Ante nuestros ojos, y durante un par de horas, ríen, se enamoran, sufren, mueren. Se emocionan y nos emocionan, dicen cosas que nos hacen pensar, que a veces nos obligan a mirar dentro de nosotros mismos, o en los ojos de la persona que tenemos al lado. O que quizá, inesperadamente, nos llevan a preguntarnos si hemos alcanzado la felicidad, o si acaso la estamos buscando. Que todo eso suceda por el precio de una entrada, en estos días inciertos, no sólo no es poca cosa: es casi un milagro.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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