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Resumen

No hay que peinar canas para disfrutar cómodamente de esta película, en la que cuatro veteranos actores se ríen del exceso de arrugas, las barrigas abultadas y las dentaduras postizas mientras encarnan a cuatro veteranos astronautas reclutados para una extraordinaria misión espacial de salvataje. Esa cómica descripción y todo el entrenamiento para viajar al espacio es incluso mucho más divertida que la espectacular aventura espacial que viene después. Desde el punto de vista de un simple espectador - de 15, 27, o 69 años - el placer está en ver el protagonismo no de uno sino de cuatro viejos cumpliendo el sueño del pibe.

Comentario de Cartelera.com.uy

En 1958, un equipo de cuatro experimentados pilotos de prueba de la Fuerza Aérea conocidos como el Equipo Daedalus, estaban listos para servir a su país como los primeros estadounidenses en el espacio. Pero cuando la NASA reemplazó a la Fuerza Aérea en lo referente a pruebas en la atmósfera exterior, el Equipo Daedalus quedó de lado y en su lugar enviaron a un chimpancé. Los pilotos se retiraron, sin abandonar su sueño de viajar al espacio.

Ahora, más de cuatro décadas después, el satélite ruso Ikon ha sufrido una falla en sus sistemas que podría causar una total supresión de las comunicaciones en su país. El burócrata de la NASA Bob Gerson (James Cromwell) casualmente da con la solución: puesto que el Ikon tiene el mismo sistema direccional que el primer satélite estadounidense Skylab, el diseñador del Skylab debe saber cómo reparar el satélite ruso. Ya retirado, Frank Corvin (Clint Eastwood) es el único ser vivo que puede hacer ese trabajo. Esta es quizá su última oportunidad para finalmente viajar al espacio, pero Frank no lo hará, a menos que pueda rodearse del único personal en que puede confiar: sus ex compañeros, los veteranos del Equipo Daedalus (Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner).

No hay que peinar canas para disfrutar cómodamente de esta película, en la que los cuatro veteranos se ríen del exceso de arrugas, las barrigas abultadas y las dentaduras postizas. Esa cómica descripción y todo el entrenamiento para viajar al espacio es incluso mucho más divertida que la espectacular aventura espacial que viene después. Cuando los cuatro actores - cuyas edades al momento del rodaje sumaban 262 años - aparecen desnudos durante una revisión médica, Eastwood y sus colegas se están riendo con mucha altura de una época de culto a la juventud y la perfección física en medio de la cual ellos no tienen reparos en mostrar nalgas caídas y rollitos de más.

La segunda mitad es la parte más rutinaria: una vez en el espacio, como es de prever, las cosas se complican más de lo esperado, reservando la chance de que estos astronautas tardíos efectivamente se conviertan en héroes. No tiene mucha importancia todo lo que sucede allá arriba (es probable que haya que ser ingeniero de la NASA para determinar si técnicamente algo de eso tenía sentido), ¿pero qué más da? La película está bien narrada y no aburre ni un momento. Desde el punto de vista de un simple espectador - de 15, 27, o 69 años - el placer está en ver el protagonismo no de uno sino de cuatro viejos cumpliendo el sueño del pibe.

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy