Cartelera

El trabajo de Javier Abdala con sus retratos es conmovedor más allá de su virtuosismo técnico.
Esta es un obra contemporánea pero que carga con perspectiva innegable de una época anterior, de un siglo previo, de unas formas industriales, materiales, sólidas, de comprender el mundo y sus relaciones, de transformar la naturaleza.

Javier Abdala trabaja con esos desechos para resignificarlos y darles nueva utilidad en conjuntos complejos: discos de pasta que no se escuchan más allá de la memoria, chapas de automóviles de colores diversos, carteles de hojalata que siguen anunciando números de teléfono imposibles, muebles que dignificaron ambientes ya inexistentes, y todo tipo de otros materiales hallados.

Las caras se realizan en ensamblajes que tienen la particularidad de ser puzzles, pero solo en apariencia, porque en realidad sus piezas no funcionan por encastre sino por proximidad. Pero la imposibilidad permanente de su ajuste material no impide la representación y la construcción simbólica de estas caras.

Fernando Miranda.