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Resumen

Bienvenidos. Les presentamos a Leonard Shelby (Guy Pearce). Viste un traje de marca claro y una camisa de seda. Conduce un Jaguar. Pero vive en anónimos moteles y, si se quita la ropa, comprobarán que tiene el cuerpo cubierto de tatuajes con notas de cosas que no debe olvidar. "Matar a John G...", "John G... mató y violó a tu mujer..." Tatuajes que representan su único interés en la vida, su leiv-motiv: la venganza. Encontrar y castigar al hombre que violó y asesinó a su esposa. Una búsqueda que todavía es más difícil porque sufre un especial tipo de amnesia: recuerda todos los detalles de su vida antes de la tragedia, pero le es imposible recordar lo que ha hecho hace un cuarto de hora.

Comentario de Cartelera.com.uy

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Es curioso: en Estados Unidos, Memento fue algo así como un suceso de público y crítica. Sin llegar a convertirse en un fenómeno de taquilla masivo, fue una de esas películas de las que todo el mundo habló (aunque no todos la hubieran visto). Y como realización independiente (esto es, hecha con un presupuesto relativamente modesto y al margen de los grandes estudios de Hollywood) cosechó elogios y premios que se extendieron desde dos nominaciones al Oscar (mejor guión original y mejor montaje) al premio Espíritu Independiente a la mejor película del año.

¿Qué pasó en Uruguay? Nada, o casi nada. Creo que la vimos 17 personas. Un amigo tiene una teoría: el título original ("Recuerda", en latín) acá no funciona. Pero tampoco ayuda mucho el subtítulo que le pusieron en español (Recuerdos de un crimen). Más allá de si mi amigo tiene razón o no, ¿cuándo llegará el día en que la gente vaya al cine a descubrir una película en lugar de guiarse por un título?

Memento no es una gran película, aunque desde el punto de vista narrativo es una de las propuestas más originales que se hayan visto en el cine últimamente. Si uno leyera el guión (o contara el argumento) linealmente, no se diferenciaría en realidad de varios policiales que andan en la vuelta: un tipo solitario quiere vengar la muerte de su esposa, se mezcla con un policía con pinta de chanta y aparece una mujer misteriosa. O quizá sencillamente no tendría sentido. Lo original del libreto de Christopher Nolan (basado en un relato de su hermano Jonathan) es que cuenta su historia al revés, desde el "final" hacia atrás en el tiempo. ¿Capricho creativo? No, simple coherencia: el protagonista padece un tipo de amnesia que le impide recordar lo que sucedió de 15 minutos para atrás. Y ya que la historia está contada desde su punto de vista, es muy lógico que el espectador tampoco tenga acceso a ese permanente enigma que lo acecha. Primer acierto.

El film comienza con un crimen, un crimen con el cual supuestamente Leonard está dando por cumplida su misión. Se supone que el "final" de una historia es el momento en que el espectador -al igual que los personajes- posee mayor información sobre lo acontecido, y donde todo "cierra". No en Memento; a medida que nos acercamos al "principio" (punto culminante, en este caso) se nos van revelando nuevos detalles, nuevas facetas, nuevos giros argumentales. Aquí el comienzo es el momento de mayor información, sólo que para el espectador ese comienzo llega al final. Segundo acierto.

Pero a pesar de todo esto, Memento no es una película perfecta. Con su carga de datos y vueltas de tuerca (que además combinan esos flashbacks en reversa con un relato "en tiempo real" y en blanco y negro) corre el riesgo de abrumar al espectador. De hecho, muchos salimos del cine sin comprender totalmente todos los giros ni poder atar todos los cabos de la historia.

Pienso que ninguna película que nos deje tantas dudas puede ser completamente satisfactoria. Aún así, vale la pena verla como ejemplo de un cine (por otro lado, impecablemente realizado técnicamente) que se atreve a ofrecer una forma realmente opuesta a la habitual. Bravo por eso.

* (Cine en reversa)

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy