El cuarto de Leo

El cuarto de Leo

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  • Titulo original: El cuarto de Leo
  • Dirección: Enrique Buchichio
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Martín Rodríguez - Cecilia Cósero
  • País: Uruguay-Argentina Año: 2009
  • Duracion: 95'
  • Elenco: Gerardo Begérez - Arturo Goetz - Mirella Pascual
  • IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Leo (Martín Rodríguez), un joven en pleno proceso de auto aceptación y definición sexual, se reencuentra con Caro (Cecilia Cósero), una ex compañera de escuela primaria de la que gustaba cuando eran chicos, y que ahora vive su propia crisis personal. Ese reencuentro casual va a repercutir en los conflictos de cada uno, sin que ninguno de los dos sepa realmente lo que le pasa al otro.

La edición en DVD incluye: escenas eliminadas, acceso a temas musicales, backstage, sesiones de casting, tráiler, audio comentario del director y los actores protagonistas, una entrevista al director (en La Habitación China, programa de TV Ciudad), y un cortometraje previo del director (Noche Fría, 2007).

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Una película de real calidad, además de sensible y valiente, en la que se cuenta una historia entretenida y que comparte con el espectador un atendible punto de vista sobre la importancia de buscarnos y encontrarnos con nosotros mismos. Dentro de un elenco parejo y sin fisuras destacan especialmente los debutantes (en cine) Martín Rodríguez y Cecilia Cósero.

Ser o no ser

Teniendo en cuenta sus antecedentes, el primer largometraje del joven (1973) director uruguayo Enrique Buchichio - que es también crítico de cine - era esperado con singular interés. El motivo de tal expectativa radica en las bondades de dos cortometrajes de su autoría, En la plaza (2004) y Noche Fría (2007), trabajos - si bien distintos entre sí - coincidentes en augurar la posibilidad de estar ante un realizador interesante. En la ocasión, Buchichio no nos decepciona al contarnos el proceso que vive Leo, un joven de 20 y tantos, en cuanto a asumir su verdadera orientación sexual.

A manera de drama intimista e intercalando algunos toques de humor en los que se alude a cuestiones que tienen que ver con la discriminación (tema que solo se roza lateralmente), la película acierta cuando rápidamente logra ponernos “en los zapatos” del protagonista. La naturalidad y el detallismo con que se narra la historia hacen que ya desde los azarosos encuentros iniciales con su novia acompañemos – hasta con cierta cuota de cariño - su desasosiego interior. Cuando Leo siente, desea, teme y duda, vivimos junto a él sus sentimientos, deseos, miedos y dudas. El acierto en esto era de fundamental importancia, si tenemos en cuenta un proceso tan personal como el que se describe. Creo firmemente que ahí está el principal mérito de una película que además funciona como un eficaz entretenimiento, en base a una tensión dramática que crece a medida que la historia avanza y a un guión que va generando dudas razonables en cuanto a su desenlace.

Otro elemento atendible es el elenco parejo y sin fisuras. Los roles secundarios, por ejemplo, interpretados por Mirella Pascual, César Troncoso y el argentino Arturo Goetz, cumplen de acuerdo con sus valiosos antecedentes. Rafael Soliwoda, en su papel de aturdido dueño del cuarto que da nombre a la película, es un grato descubrimiento, mientras que el soporte imprescindible de esta historia son el también argentino Martín Rodríguez, que conmueve y convence desde su Leo, y Cecilia Cósero – su labor revela sin dudas a una actriz intensa y de carácter - como su deprimida ex compañera de escuela, decisiva en la dilucidación de la trama. La actuación de esta joven dupla impacta realmente, por que lo que habrá que estar atentos a sus futuros trabajos.

La escena en que estos dos personajes comparten una merienda, en silencio, solo con una entrañable melodía de fondo, es de verdad deliciosa y demuestra una muy buena química entre los actores. Es curioso, pero ese momento - que es conmovedor y de lo más logrado de la película - por contraposición y quizás como la otra cara de una misma moneda denuncia una de las pocas flaquezas (objeción menor, pero objeción al fin) que a mi criterio tiene el filme. Hay algunos pasajes donde cierta reiteración en el recurso casi permanente de musicalizar las escenas hace que se pierda un tanto el clima sugerente e introspectivo en el que el filme muestra sus mejores momentos.

En el contexto del cine uruguayo (confieso que no me gusta mucho esa expresión tan globalizante, la uso en función de ubicarla en cierto marco), esta película – seguramente sin proponérselo - va por un camino un tanto diferente en relación a los ejemplos más notorios de los últimos tiempos. Su énfasis está en el intimismo y en la sensibilidad, dejando en segundo plano el retrato social y el tono costumbrista. Otro detalle tiene que ver con lo ya manifestado en relación a lo parejo en la excelencia de las actuaciones, tanto las principales como las secundarias, aspecto en que nuestro cine ha mostrado disparidad en algunas oportunidades; esto confirma a Buchichio como el realizador atento en ese rubro que ya había asomado en sus cortos antes mencionados.

En síntesis, en su ópera prima nos presenta una película de real calidad, además de sensible y valiente, en la que se cuenta una historia entretenida y que comparte con el espectador - sin bajar línea ni portando banderas sobre verdades absolutas - un atendible punto de vista sobre la importancia de buscarnos y encontrarnos con nosotros mismos. Por aquello del título de esta nota.

 


Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy

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FILM/455

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