Confesiones de una mente peligrosa

Confesiones de una mente peligrosa

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  • Titulo original: Confessions of a dangerous mind
  • Dirección: George Clooney
  • Género: Drama-Thriller
  • Protagonistas: Sam Rockwell - Drew Barrymore
  • País: Estados Unidos-Canadá-Alemania Año: 2002
  • Duracion: 1h53'
  • Elenco: George Clooney - Jennifer Rae Westley - Julia Roberts
  • IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Joven, enérgico y con una carrera brillante en la creciente industria de la televisión, Chuck Barris (Sam Rockwell) se encuentra perseguido por un sospechoso personaje que rápidamente lo atrae a un mundo secreto y peligroso: el de las operaciones de la CIA. Mientras Barris cobra notoriedad como un dinámico productor de televisión —creando programas de juegos innovadores y creativos como "The Newlywed Game" y "The Gong Show"— comete asesinatos en forma regular para el gobierno de los Estados Unidos. Extraordinario debut en la dirección del actor George Clooney, escrito por el guionista Charlie Kaufman sobre el libro ¿autobiográfico? de Chuck Barris.

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Comentario de Cartelera.com.uy

El precio del éxito

Que George Clooney es uno de los tipos más inteligentes que hay en Hollywood es obvio; basta con leer cualquiera de sus declaraciones, en las que no se muestra condescendiente con las estupideces que suelen preguntar algunos periodistas del espectáculo ni hipócrita respecto a la industria del cine, a la que critica frecuentemente por no hacer proyectos más arriesgados. O basta con ver su primera película como director, un proyecto interesantísimo cuyo resultado debe colocarse entre lo mejor que el cine norteamericano ha producido últimamente.

Es entendible por qué a Clooney le interesó la “autobiografía no autorizada” de Chuck Barris, un productor de televisión que afirma haber mantenido durante años una doble vida como asesino secreto del gobierno de Estados Unidos. Después de todo, Clooney se crió en los estudios de televisión de los años 60 y 70, donde su tía Rosemary Clooney era una figura conocida. Esa atmósfera interna se ve fielmente reproducida en esta reconstrucción de aquellos años y de aquella industria.
Pero además Clooney, una ex estrella de la televisión él mismo (ER), debe haber sentido que la historia de este antihéroe americano cabía a la perfección dentro de su visión más bien crítica de la sociedad en la que vive; después de todo, Barris representa en más de un sentido la trayectoria típica del “sueño americano”, donde alcanzar el éxito es una meta clara, y al mismo tiempo revela la otra cara de ese sueño, la cara oscura de un país que, para triunfar en todo aquello en lo que ha triunfado (sobre todo en el aspecto económico), ha debido cometer las más diversas atrocidades. La crisis que sufre Barris después de esa trayectoria, y de la que se da cuenta apenas comenzada la película, está diciendo que en algún momento se va a sufrir por todas las barbaridades cometidas, y que al final de cuentas no habrá valido la pena, ni siquiera por el éxito, ni siquiera por el dinero.

Todo esto proviene, en realidad, de la magnífica adaptación que realizó el guionista más original del momento: Charlie Kaufman (¿Quieres ser John Malkovich?, El ladrón de orquídeas). Su libreto no sólo da a conocer a su personaje en trazos simples y demoledores, sino que es un prodigio de desarrollo en el que cada escena avanza sin estancamientos, enrareciendo el clima y aportando la información básica para que el espectador pueda meterse en lo que puede ser la cabeza de alguien que ha experimentado lo que Barris dice haber experimentado.
Todo esto está servido cinematográficamente con mucha imaginación por el director Clooney, y sobre todo por sus colaboradores en fotografía (Newton Thomas Sigel), dirección de arte (James D. Bissell) y montaje (Stephen Mirrione). La película es un prodigio narrativo muy diferente a todo lo que suele producir esa máquina que es Hollywood, pero no por capricho de un director sino al servicio de una historia y –sobre todo- de un punto de vista parcialmente distorsionado de la realidad. Y también ofrece un balance perfecto entre dramatismo y comicidad, con algunas escenas realmente desopilantes que aportan parte del absurdo que encierra todo el asunto (la reprimenda de un supuesto censor televisivo a los concursantes de un programa de televisión es uno de ellos).

Como si todo esto fuera poco, Clooney ha sabido encontrar a un actor que encarna a la perfección las contradicciones latentes en un personaje como Barris. Sam Rockwell convence tanto como joven seductor y mujeriego como conductor televisivo paranoico cuyo mundo se desmorona a su alrededor. A su lado están muy bien Drew Barrymore, como el amor de su vida, y Julia Roberts, en un inusual papel de arma letal que también habla de la inteligencia de Clooney, de quien fue pareja en Ocean’s eleven. Así que Clooney no sólo es capaz de dirigir una excelente película; también logra convencer a casi cualquier actor de que lo acompañe en la aventura.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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