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Ficha

Resumen

Ambientado en el verano de 1949, este verdadero homenaje al cine negro (filmado en un extraordinario blanco y negro) cuenta la historia de Ed Crane (Billy Bob Thornton), barbero en un pequeño pueblo del norte de California. Ed se encuentra insatisfecho con su vida, hasta que la infidelidad de su esposa Doris (Frances McDormand) le ofrece una oportunidad para el chantaje que él cree le ayudará a cambiar su pobre existencia. Premio al Mejor Director (ex aequo) en el Festival de Cannes 2001.

Comentario de Cartelera.com.uy

La película perfecta

¿Es posible homenajear, parodiar, reinventar un género, y al mismo tiempo conseguir algo parecido a un estilo propio? Los hermanos Coen ya lo han hecho antes en casi todas sus películas. Todas incorporan elementos y hasta lugares comunes de géneros más o menos populares, desde el cine negro (Simplemente sangre) o el dibujo animado (Educando a Arizona), hasta la comedia de los años ’30 (El gran salto) y la literatura clásica griega (¿Dónde estás, hermano?). Todas parecen refritos, y sin embargo son obras únicas, más o menos logradas, pero únicas. Y constituyen eso que podemos llamar “el estilo de los Coen”.

 

Esa obra conocía, hasta ahora, dos probables culminaciones: Barton Fink y Fargo. Ahora habría que agregar El hombre que nunca estuvo. Dejando de lado a quienes no la entiendan (algo difícil de creer, pero bueno...), o a quienes crean que se trata de un disparate sin sentido, un delirio, una rareza (es todo eso, sí, ¿pero es algo malo?), quienes se dejen seducir por su intensa belleza deberán admitir que es una película, digamos, perfecta.

¿O cómo definirían a un film brillante en su imagen, su sonido, su narración, su montaje, su guión, sus actuaciones? ¿Cómo no decir que es magistral lo que Roger Deakins hace con la iluminación, la cámara y la fotografía? ¿Cómo no rendirse ante la sugestión sonora que aporta la música de Carter Burwell, a la que se suman las hermosas sonatas de Beethoven? ¿Cómo no admirar la transformación de Billy Bob Thornton (¡un maestro!), genial en su caracterización de un Perdedor con mayúscula? Su mirada desganada, su voz desganada, su postura desganada son la definición del género al que la película rinde homenaje, ese cine negro que tuvo su auge en los años ’40, y algunas imitaciones después.

 

El hombre que nunca estuvo no es una simple imitación, no es sólo la obra de un par de cinéfilos que adoran el cine tanto como lo conocen. Es una reinvención total, capaz de remover la nostalgia de los admiradores del género y de despertar la curiosidad de quienes lo desconocen por completo. Una película que sorprende a cada rato, en cada escena, en cada línea de diálogo, que es por momentos terrible, por momentos encantadora, por momentos graciosa y de pronto emotiva. ¿Cómo llamar a una película que contiene todo eso (y aún más) si no... perfecta?

Quiero decir que es gracias a películas como El hombre que nunca estuvo que me fascina el cine, y nadie que considere amar el cine debería pasarla por alto.

 

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy