Relocos y repasados

Relocos y repasados

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Presentado por
  • Titulo original: Relocos y repasados
  • Dirección: Manuel Facal
  • Género: Comedia
  • Protagonistas: Santiago Quintans - Joaquín Tomé
  • País: Uruguay-Brasil Año: 2013
  • Duracion: 97'
  • Elenco: Nicolás Furtado - Luciano Demarco - Micaela Psinisnuc
  • IMBD
  • Tipo: Película
Presentado por

Ficha

Resumen

Andrés y Elías se juntan una noche sobre un puente a fumar su último porro veraniego. En el camino a su casa, Elías encuentra escondido un estuche que contiene cinco tipos distintos de drogas: marihuana, cocaína, LSD, éxtasis y ketamina. A la mañana siguiente, Elías llama a Andrés anunciándole su hallazgo e intención de juntarse con varias personas y hacer un experimento: que cada uno tome una droga distinta, a ver qué pasa. El experimento toma un rumbo inesperado cuando la novia de Andrés lo llama para ir al funeral de su abuela.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Los aciertos en la forma en que se presentan algunas escenas, naufragan en un guión lineal por demás, que no termina de redondear la mayoría de las situaciones y que en su referencia al descontrol linda con la apología y hasta la discriminación.

 

Búsquedas nuevas con ideas viejas

 

Con bastante expectativa era esperado el estreno de esta comedia uruguaya, que según se decía - y desde varios sectores se sigue afirmando - podía llegar a ser un soplo de aire fresco y originalidad en el panorama del cine uruguayo. Si bien las películas nacionales ya no son novedad en la cartelera local, también es cierto que la mayoría de esa producción no pasa por el cine de género, y mucho menos por la comedia. Por lo tanto, hay que decir que es bienvenida esta búsqueda de cineastas uruguayos de transitar por rutas no demasiado exploradas, tan legítimas como otras que - afortunadamente - han deparado unos cuantos ejemplos de valía y calidad.

 

Según sus propias palabras, el director Manuel Facal es gran seguidor de ese género en sí mismo que son las comedias juveniles del tipo Súper Cool (2007), Piña Express (2008) y la reciente Proyecto X (2012). También son claras las referencias a los aspectos más bizarros de la exitosa saga American Pie.

 

En este caso, como es común en este tipo de cine, se parte de una anécdota bastante simple. Un grupo de amigos que, según un latiguillo presentado de forma atractiva desde lo formal pero - dicho sin falsas moralinas - preocupante en lo conceptual, pasan su vida respondiendo pura y exclusivamente a sus necesidades fisiológicas, darán rienda suelta a un bacanal de drogas, desbunde y excesos. Tres elementos que, para algunos sectores, parecieran imprescindibles para una nueva acepción de la palabra diversión.

 

Esa "diversión", al cabo de las correrías de estos jóvenes de entre 20 y 30 años, no ahorrará escatología, vómitos y situaciones por el estilo, todas relacionadas con los efectos de las drogas. Por supuesto, y más allá de valoraciones éticas y morales, cada uno - incluyendo quien escribe esta reseña - vive como quiere, le gusta lo que le gusta y se divierte como puede y prefiere. Por ahí no pasa el mayor problema de esta película.

 

El escollo principal está en que la pretensión demasiado evidente de provocar y de ser original se queda en eso, en el enunciado y en la pretensión. Justamente, es esa afiliación tan marcada a ese tipo de comedia americana tan repetida últimamente - donde en lo general parece haberse olvidado que pueden plantearse comedias en base a ideas originales, jugosos diálogos y atractivos personajes - lo que invalida cualquier viso de originalidad. Casi todas esas situaciones de dudoso gusto que esta película derrocha, son muy similares a las ya vistas en los filmes ya citados, y hasta los nombres de los personajes y algunos parecidos físicos demasiado notorios con respecto a los actores de American Pie transforman lo que podían haber sido simpáticos guiños en similitudes forzadas y exageradas.

 

Es cierto, por momentos se percibe buen ritmo, la película se ve muy bien, la banda sonora asoma ajustada a lo que se cuenta, y la fotografía de Pedro Luque y la dirección de arte de Federico Capra aportan un salto de calidad. Donde todo naufraga es en ese guión lineal por demás, que no termina de redondear la mayoría de las situaciones, y que entre tanta referencia al descontrol linda con la apología. Incluso en algunos pasajes hay una tendencia a la discriminación que la pretendida caricatura no logra disimular. Por un lado están estos muchachos "alegres" de clase media alta, y por otro, los limpiavidrios, los viejos, los gordos y los enanos.

 

En lo que tiene que ver con las actuaciones, no se disimula que parte del elenco es amateur. Algunas labores no resisten el menor análisis, mientras que sin embargo, los actores más jóvenes (Luciano Demarco y Micaela Psinisnuc) aportan frescura y gracia a personajes que, en especial en el caso de Micaela, daban poco margen para el lucimiento.

Como intento y búsqueda en un género como la comedia, vale. Como resultado final, no alucina.

 


Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy

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