Hotel sin salida

Hotel sin salida

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Presentado por
  • Titulo original: Vacancy
  • Dirección: Nimród Antal
  • Género: Suspenso-Terror
  • Protagonistas: Luke Wilson - Kate Beckinsale
  • País: Estados Unidos Año: 2007
  • Duracion: 1h20'
  • Elenco: Scott G. Anderson - Frank Whaley - Mark Casella - Ethan Embry
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Vacancy gira en torno a una joven pareja (Luke Wilson, Kate Beckinsale) que debe hospedarse en un motel remoto y aislado. Cuando descubren que hay cámaras escondidas en la habitación, se dan cuenta de que deben escapar antes de convertirse en las próximas víctimas de una “snuff movie”. Esta película posee un bienvenido aire de clase B, exhibiendo una modestia y eficacia de recursos que que le calzan muy bien a su género.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Un pasatiempo eficaz que recupera parte del espíritu de la clase B al servicio de un relato tenso y por momentos perturbador, sin mayores pretensiones.

Servicio a la habitación

Esta película posee un bienvenido aire de clase B que le calza muy bien a su género. Obviamente cuenta con un par de estrellas (no de primer orden, pero estrellas al fin) y un presupuesto en dólares que seguramente hubiera permitido la realización de unas 20 películas uruguayas. Pero para los cánones de Hollywood, de donde proviene, exhibe una modestia y eficacia de recursos que la apartan de los últimos ejemplos del género, sobre todo esos que parecen destinados a romper la taquilla de las boleterías en base a chicas y chicos lindos y sensacionalismos.

Si hubiera que mencionar un par de referentes serían Psicosis (1960), la obra maestra de Alfred Hitchcock, y la primera Saw - El Juego del Miedo (2004), del malayo (aunque formado en Australia) James Wan. La mención del clásico de 1960 es obvia: acá también hay un motel vacío y perdido en medio de la nada, atendido por un hombrecillo extraño (el moderadamente perturbador Frank Whaley), en el que debe pasar la noche -en este caso- una joven pareja desgastada por una tragedia familiar. Así como Norman Bates tenía pájaros disecados en la recepción de su motel, aquí Whaley tiene dos aves de madera o cerámica (no queda claro) en el mostrador. Y es muy significativo el lugar que ocupa en la trama el baño de la habitación, como pasaje que puede deparar la muerte segura o una escapatoria (recordar que era precisamente en el baño de su habitación que Marion Crane, la heroína de Psicosis, encontraba su trágico final).

El director Nimród Antal (un norteamericano de origen húngaro) maneja muy bien los hilos de la tensión, sobre todo al comienzo en el que asume casi exclusivamente el punto de vista de los desgraciados protagonistas (no vemos ni oímos nada que ellos no vean ni oigan). Y ciertamente el hallazgo progresivo de la aparente trampa mortal en la que se han alojado va generando un clima enrarecido y perturbador, y ligeramente claustrofóbico (de ahí la comparación con Saw, en la que dos individuos se descubrían atrapados en un baño subterráneo producto de una mente perversa que había estudiado y preparado todos los detalles de un juego macabro). Antal es un poco menos truculento que Wan, de ahí que los momentos más efectivos de Vacancy sean aquellos en los que imaginamos lo que puede llegar a pasar, y no necesariamente los más explícitos. La segunda mitad, si bien no pierde ritmo y sigue siendo un pasatiempo entretenido, es un poco más convencional y previsible, en particular desde el momento en que se nos muestra paralelamente el punto de vista de los asesinos y se nos revelan facetas de su comportamiento que caen en el lugar común y permiten anticipar más o menos cómo terminará la cosa.

Pero en todo momento la tensión no decae, y es meritoria la eficacia narrativa del director, que no se distrae con aspectos banales o subtramas secundarias ni con finales moralizantes o sensibleros; no, acá la historia es una sola y cuando la cosa termina, termina. Y lo hace de la misma manera en que empezó, con una música y estilo de títulos que remiten precisamente al cine de suspenso de los años '60, como el de Hitchcock, que solía contar con partituras de Bernard Herrmann y diseños de Saul Bass.

La película también permite llamar la atención sobre un fenómeno macabro como el de las 'snuff movies', películas generalmente caseras, realizadas y comercializadas en forma clandestina, en las que se muestran torturas y asesinatos reales. El tema ya había motivado algunas otras películas 'mainstream', como la española Tesis (1996), de Alejandro Amenábar, o el thriller 8 Milímetros (1999), del estadounidense Joel Schumacher. Aquí es más bien una excusa para un ejercicio de suspenso modesto y efectivo, casi una hora y media de entretenida tensión.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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