Vuelo 93

Vuelo 93

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Presentado por
  • Titulo original: United 93
  • Dirección: Paul Greengrass
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Christian Clemenson - Trish Gates
  • País: Estados Unidos-Inglaterra-Francia Año: 2006
  • Duracion: 1h31'
  • Elenco: Opal Alladin - Polly Adams - Gary Commock
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

United 93 es una narración meticulosa de los hechos que sucedieron alrededor del vuelo 93 de United Airlines, el último de los cuatro aviones secuestrados la mañana del 11 de setiembre de 2001. Realizada con el apoyo de las familias de quienes murieron a bordo de la nave, United 93 sigue en tiempo real la dramática historia de lo que sucedió en el interior del avión, como así también en tierra, mientras pasajeros, tripulación, controladores de tráfico aéreo y centros de comando militares, tratan de manejar una situación de crisis inimaginable. Por esta película, el director Paul Greengrass (Domingo Sangriento, La Supremacía Bourne) recibió una nominación al Oscar.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Un tenso y atrapante relato que imagina, con un realismo casi documental, lo que pudo haber sucedido a bordo del fatídico vuelo.

Estrés

Dejemos por un momento de lado el debate extra cinematográfico sobre lo que sucedió (o no) el 11 de setiembre de 2001. Si existió o no un misil que derribó el vuelo 93 de United Airlines que se dirigía hacia Washington; si algunos pasajeros pudieron o no comunicarse con sus seres queridos desde el avión mediante teléfonos celulares... Todas las teorías son válidas a la hora de intentar comprender qué pasó ese día trágico en que todo el mundo miró por TV, en directo, el mayor atentado terrorista contra intereses de Estados Unidos. Pero hablemos de la película, que de eso se trata.

Y la película, que es una ficción inspirada en hechos reales (en definitiva nadie sabe realmente qué pasó allá arriba, excepto quienes perecieron), es un buen drama sobre la naturaleza humana enfrentada a una situación límite extrema. Lo primero que hay que agradecer es que el director no sea norteamericano, en cuyo caso es muy probable que el resultado hubiese sido un meloso alegato patriótico y sensiblero, como lo es la versión televisiva del mismo episodio dirigida por Peter Markle (y emitida por cable en estos días). Lo que hace en cambio el inglés Paul Greengrass es concentrarse en narrar el asunto de una forma tensa y convincente, sin editorializar sobre los valores humanos, el fanatismo terrorista o el amor que todo lo puede, aún en las peores circunstancias. No necesita hacerlo; lo que se ve es mucho más contundente que cualquier enunciado. Obviamente cada espectador se encargará de sacar sus propias conclusiones y de empatizar y/o condenar a cada personaje por sus actos, pero es inevitable no dejarse arrastrar por la fuerza dramática del relato más allá de toda consideración política, religiosa, nacionalista o ideológica.

Greengrass –que llamó la atención por primera vez con el drama romántico Vuelo en Busca del Amor (1998)- es un experto en el uso de una nerviosa cámara en mano que transmite un realismo casi documental, como lo hizo en Domingo Sangriento (2002), su crónica sobre un trágico episodio del conflicto en Irlanda del Norte que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín, y luego en el thriller La Supremacía Bourne (2004), continuación de la saga sobre el agente secreto encarnado por Matt Damon de cuya tercera parte ya se está encargando.

La cámara (responsabilidad del fotógrafo Barry Ackroyd) busca casi intuitivamente las reacciones, las miradas atónitas y los gestos desesperados de los personajes; manipula el foco constantemente y no le teme a la desprolijidad de encuadre, casi como si ocupara el lugar de un personaje más en cada situación de la que es testigo. La narración –en tiempo real- es también un prodigio de montaje que no da respiro, a cargo de los editores Clare Douglas, Richard Pearson y Christopher Rouse. Y es muy meritoria la decisión de emplear un elenco de absolutos desconocidos (hay alguna que otra carita que se ha visto en series de televisión, pero nadie famoso), logrando así que el espectador logre borrar progresivamente la frontera entre realidad y ficción. Ese elenco es, por otra parte, impecable; nadie parece estar actuando ante una cámara.

Un último comentario no del todo cinematográfico: a diferencia de su mediocre par televisivo, la película se encarga de dejar en claro el despiste que los secuestros aéreos provocaron en los responsables de la aviación comercial ese día. A pesar de que existían advertencias de inteligencia sobre probables atentados con aviones, nadie parecía saber exactamente cómo actuar, quién estaba a cargo de qué, ni quién debía dar la orden en caso de enfrentarse a la necesidad de empezar a derribar aviones. En determinado momento a alguien se le informa que, efectivamente, esa orden sólo la puede dar el presidente. Imposible no recordar entonces aquella patética imagen del documental Fahrenheit 9/11, en la que Bush, mientras lee un libro de cuentos en una escuela primaria, es informado que dos aviones acaban de impactar contra las Torres Gemelas. La inacción del presidente, mientras el espacio aéreo de su país se convertía en un caos impredecible, es parte del perturbador subtexto que hay detrás de la película. También lo son los centenares de miles de víctimas en Irak y Afganistán. Y las de aquel 11 de setiembre, por supuesto.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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