El lugar del hijo

El lugar del hijo

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Presentado por
  • Titulo original: El lugar del hijo
  • Dirección: Manuel Nieto
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Felipe Dieste - Alejandro Urdapilleta
  • País: Uruguay-Argentina Año: 2014
  • Duracion: 120'
  • Elenco: Germán de Silva - Rossana Cabrera - Leonor Courtoisie - Sebastián Blanquer
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

El lugar del hijo es la historia de Ariel (Felipe Dieste), un joven que estudia en Montevideo donde se ha convertido en un militante gremial. Cuando le avisan que su padre ha muerto, Ariel debe viajar a Salto, asistir al entierro y hacer frente a su legado. Allí encuentra que su padre le dejó un campo endeudado, un perro viejo y una casa en la ciudad con una amante que pretende quedarse con el lugar y se instala a vivir allí con él. Premiada en La Habana y en Gramado, El lugar del hijo es el segundo largometraje del uruguayo Manuel Nieto (La perrera).

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Lo verdaderamente trascendente está en esas dos horas de un cine infrecuente, quizás algo complejo, quizás inclasificable en algún género específico, pero profundo, real y sobre todo vital.

 

Nos obligan a salir

 

Hace 7 años, una película con momentos casi geniales, compleja y con algunos baches narrativos llamada La perrera, dio lugar al debut como director de Manuel Nieto, quien había sido asistente de dirección de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella en 25 watts (2001) y Whisky (2004), los ejemplos más notorios de ese cine introspectivo, pausado y basado en los pequeños detalles que se conoció como "estilo Control Z" (en alusión a la productora que cobijó todos estos proyectos y que hizo que desde varios sectores del público y de la crítica se hablara erróneamente de "cine uruguayo" como un género en si mismo). Nieto ya mostró en aquella oportunidad un lenguaje intenso, personal y por demás expresivo.

 

Con varios puntos de contacto con aquel trabajo, El lugar del hijo nos permite seguir conociendo a un cineasta que, en especial en la manera que cuenta las historias, parece tener mucho para decir.

 

La anécdota se ubica por el 2002 - en plena crisis económica - y gira en torno a un joven de 25 años llamado Ariel Cruz, un militante estudiantil que, en plena huelga universitaria, recibe la noticia de la inesperada muerte de su padre. Por ese motivo debe trasladarse de inmediato a Salto, para asistir al velorio y solucionar - o al menos intentarlo no con demasiado ahínco - algunos asuntos pendientes. Será allí, donde entre ocupaciones estudiantiles, huelgas de hambre obreras y tareas relativas al campo, Ariel se conocerá un poco más en ambientes en general poco amables.

Nieto asumió varios riesgos en este trabajo. Para empezar, las similitudes en la trama con su película anterior que no solo pasan por algunos guiños notorios para un espectador medianamente atento. La relación padre-hijo, y la forma de pararse ante algunos compromisos - algunos buscados y otros en absoluto - de muchachos en un rango de edad similar, y con horizontes no demasiado definidos, son ejes importantes en ambas historias. El tono costumbrista y algunas pinceladas de humor - negro, muchas veces - también dan lugar esta vez a una visión bastante decepcionada, áspera y fría de algunos comportamientos humanos. Vale decir que se evitan las afirmaciones tajantes, ya que incluso en medio de ese desencanto asoma alguna cuota de piedad y comprensión hacia personajes y actitudes no demasiado queribles.

 

A pesar de estas analogías, está bien claro que no estamos ante una película que oficie como continuación o complemento de la otra. Por supuesto que eso no sería un hecho invalidante en sí mismo, pero manejado de otra manera podía haber generado algún no bienvenido efecto repetitivo. Por el contrario, lo que parece consolidarse es una forma de hacer cine que denota equilibrio, mesura, y que naturalmente da lugar a pasajes de suma intensidad basada en recursos expresivos que encajan perfectamente con el relato. Ya en algunos primeros planos sugestivos como en ciertas escenas donde asoma todo el consabido talento del director de fotografía Arauco Hernández, las imágenes valen más que mil palabras. La escena final, por ejemplo, o el momento que tiene lugar un toque de un grupo de rock en una noche de ocupación estudiantil visto desde un espejo, conforman momentos antológicos del filme.

 

Hay otros riesgos salvados con creces. Por ejemplo el elenco; la conjunción de los pocos actores profesionales - Alejandro Urdapilleta brinda una colosal y póstuma labor como ese escribano de intenciones al menos dudosas - con mayoría de gente sin experiencia en la actuación pero con el physic du rol apropiado, aparece espontánea y precisa. Es aquí donde cabe la mención especial para el protagonista Felipe Dieste. Una mirada por demás expresiva y sensible, y una forma particular de caminar y hablar - producto de un accidente en la vida real - hacen que su personaje sea un dechado de naturalidad.

 

Y para terminar, el último riesgo que Nieto eligió tomar: el pasar a segundo plano algunas respuestas que nunca llegaron para algunas preguntas que se pudieron haber generado a lo largo del filme. O dicho de otra manera, la falta de respuestas explícitas para algunas preguntas. Lo verdaderamente trascendente está en esas dos horas de un cine infrecuente, quizás algo complejo, quizás inclasificable en algún género específico, pero profundo, real y sobre todo vital.

 


Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy

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