Gosford Park: crimen de medianoche

Gosford Park: crimen de medianoche

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  • Titulo original: Gosford Park
  • Dirección: Robert Altman
  • Género: Comedia-Drama-Misterio
  • Protagonistas: Michael Gambon - Kristin Scott Thomas
  • País: Estados Unidos-Reino Unido-Italia Año: 2001
  • Duracion: 137'
  • Elenco: Helen Mirren - Eileen Atkins - Maggie Smith - Bob Balaban
  • IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Estamos en noviembre de 1932. Godsford Park es la magnífica mansión campestre en la que Sir William McCordle (Michael Gambon) y su esposa, Lady Sylvia (Kristin Scott Thomas), reúnen a familiares y amigos para un fin de semana de caza. Han invitado a un grupo muy variado y pintoresco, entre los que se encuentran una condesa, un héroe de la Primera Guerra Mundial, el ídolo cinematográfico Ivor Novello, y un productor de Hollywood que realiza las películas de Charlie Chan. En parte comedia de costumbres, en parte film de misterio, la película resulta en definitiva un cuadro coral que tiende un puente entre clases sociales, sexos y trágicas historias personales, en medio de las cuales hay que resolver un asesinato (¿o son dos?).

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Comentario de Cartelera.com.uy

La jauría humana



Parece un capítulo de aquella serie británica que pasaban hace años en Canal 5, Los de Arriba y los de Abajo. De hecho, lo más atractivo de esta película de Robert Altman no es la ejecución de un crimen (o dos), ni conocer la identidad del asesino, sino ese choque de clases sociales, mentalidades y valores que se produce entre, bueno, los de “arriba” y los de “abajo”.

 

Los primeros son, claro, los señores de la casa y sus invitados, toda una galería de seres más o menos arrogantes que sólo parecen reunidos por unos pocos intereses en común: el dinero (primero que nada), el estatus social, la caza, y el despliegue de ironías y sarcasmos que se disparan unos a otros y que por momentos parece un concurso del tipo “a ver quién ofende más en menos tiempo”. Los de “abajo” son sus sirvientes (los de los anfitriones y los de sus huéspedes), ese ejército de mucamas, mayordomos, cocineras, choferes, lavanderas y valets que dedican sus días y sus noches a hacer la vida de sus patrones lo más cómoda posible (y a agradecer por ello).

La descripción de esos mundos tan opuestos (y, al mismo tiempo, tan similares) resulta fascinante y divertida. Es una jauría humana plagada de gestos, comentarios, miradas, que Altman y su cámara observan con la rapidez de un halcón. Y en ese ir y venir desde “arriba” hacia “abajo”, y viceversa, el director y su extraordinario libretista Julian Fellowes (basado en una idea de Altman y Bob Balaban) parecen dejar en claro que, sin importar la posición económica ni social, el ser humano está destinado a segregarse a sí mismo, a separar a sus semejantes según las diferencias, cualquiera sean, y a remarcar sus pequeñas parcelitas de poder ante los demás, con más placer (si, creo que la palabra es placer) si se trata de subordinados.

Altman y Balaban (quien además de ser uno de los productores actúa en el rol de un productor hollywoodense) querían imitar aquellas clásicas películas de misterio al estilo Agatha Christie, en las que un grupo de personas se reunía en una mansión, se cometía un crimen, todos eran sospechosos, etcétera. Y tenía que ser en Inglaterra.

 

El proyecto parecía ideal para un director como Altman, cuya filmografía se compone de varios títulos plagados de personajes, verdaderas comedias “sociales” que son como un microuniverso dentro del Universo (ver Nashville, Un día de boda, Las reglas del juego, Ciudad de ángeles, Pret-A-Porter). Sin embargo, una vez que se comete el asesinato y sólo parece importar quién lo hizo, la brillantez de esa primera mitad se diluye un poco, y el guión cae en un enredo de parentescos y relaciones que se hace un poco difícil de seguir. Pero ese pequeño empantanamiento (que incluso hace pesar un poco las dos horas y cuarto de duración del film) no alcanza para empañar el resultado de lo que es, en definitiva, la mejor película de Altman desde Ciudad de ángeles.

Como en varios de aquellos antecedentes, Altman (un tipo que siempre ha trabajado lejos del sistema de Hollywood, muchas veces –como en este caso- apoyado por coproductores europeos) juega sus cartas a un numeroso y estupendo elenco, mayormente británico, donde es un placer ver a Helen Mirren (una suerte de versión femenina del mayordomo que Anthony Hopkins hacía en Lo que queda del día), Kristin Scott Thomas, Eileen Atkins, Alan Bates, Derek Jacobi, Emily Watson y, sobre todo, a la veterana Maggie Smith, quien dispara ácidos dardos cada vez que abre la boca.

 


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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