Solo un hombre

Solo un hombre

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Presentado por
  • Titulo original: A single man
  • Dirección: Tom Ford
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Colin Firth - Julianne Moore
  • País: Estados Unidos Año: 2009
  • Duracion: 1h39'
  • Elenco: Matthew Goode - Ginnifer Goodwin - Nicholas Hoult
  • IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Colin Firth ganó la Copa Volpi al mejor actor en el Festival de Venecia, y recibió su primera nominación al Oscar, por su retrato de George Falconer, un profesor universitario británico y homosexual de 52 años, en Los Angeles de 1962. Tras la muerte accidental de su compañero sentimental, Jim (Matthew Goode), George lucha por encontrarle sentido a su vida mientras rememora el pasado en compañía de su amiga más íntima, Charley (Julianne Moore), que también carga con sus propios demonios internos y soledades.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: El diseñador Tom Ford debuta como director de cine con el retrato íntimo e introspectivo de un personaje en crisis existencial. Una película sensible y madura, si bien peca de cierto exceso de esteticismo. Gran labor de Colin Firth y Julianne Moore.

Un día en la vida

El título original de la película y de la novela en que se basa (A single man) bien puede traducirse como “Un hombre soltero” o como “Un hombre único”, o “singular”, no exactamente como el “Sólo un hombre” del título que recibió la película en América Latina. Esa doble traducción le hace justicia a las intenciones de una historia que cuenta un día en la vida de “un hombre singular”, de “un hombre soltero”, aunque también se trate de “sólo un hombre”.

No es un día cualquiera. Es octubre de 1962, y Estados Unidos (y el mundo entero) se encuentra en vilo ante la “crisis de los misiles” (generada por el descubrimiento de bases de misiles nucleares soviéticos en territorio cubano) que amenaza con que la Guerra Fría deje de ser tan fría. Este dato histórico y verídico es sólo un trasfondo que, en todo caso, aporta cierta incertidumbre adicional a la crisis personal del protagonista, un profesor universitario inglés que vive y trabaja en Los Ángeles y que no ha logrado superar la muerte de su compañero sentimental, ocurrida en un accidente de tránsito. Se trata, en definitiva, de un “viudo” que, por más que no tenga el reconocimiento legal de una pareja heterosexual, sufre de la misma manera la pérdida de su ser más querido, de lo único que le daba sentido a su vida.

Tal es ese sufrimiento que George (gran trabajo de Colin Firth) ha decidido ponerle fin a su vida. Y lo que la película cuenta son las horas previas a la ejecución de esa decisión, que incluye dar una última clase, tal vez visitar a su mejor y única amiga, Charley (la increíble Julianne Moore), y sobre todo el repentino vínculo con uno de sus estudiantes, Kenny (Nicholas Hoult), un chico inteligente y vivaz – además de osado – que parece estar en pleno proceso de cuestionar su sexualidad. Esta relación es uno de los aspectos más interesantes de la película, porque si bien puede parecer que se trata meramente de una mutua atracción sexual (a pesar de la obvia diferencia de edad), lo cierto es que George ve en Kenny algo así como una versión juvenil de sí mismo, del George que alguna vez fue. Y que algo así suceda justo el mismo día en que había decidido ponerle fin a su vida removerá en él dudas e incertidumbres, también certezas, lo que afectará de algún modo el devenir de los acontecimientos.

No es un retrato social de época, al menos no en el sentido de describir qué lugar ocupaba un homosexual de 52 años en la California de 1962. Hay sí algún apunte muy gráfico y desolador, como esa llamada telefónica en la que un pariente de Jim le notifica la muerte de éste, haciéndole notar que el servicio fúnebre es “sólo para la familia” (lo que equivale a decir que no está invitado); o alguna conversación contaminada por igual de amor y de resentimiento entre George y Charley, en la que ésta prácticamente le dice que su homosexualidad lo ha condenado a la infelicidad. Pero quizás lo más desolador sea pensar que cosas como estas puedan decirse, o pensarse, hoy, 50 años más tarde. Otras, por supuesto, han cambiado y mucho.

Pero por más que la novela de Christopher Isherwood fuera considerada como un valioso aporte al movimiento de liberación gay (Edmund White, 1995), en realidad no se trata ni de una reivindicación, ni de una denuncia, ni de un retrato social. Es el retrato íntimo e introspectivo de un personaje en crisis, más allá de su condición sexual. En este sentido se me ocurre que están de más las alusiones al deseo erótico del protagonista, como esos planos de cuerpos deportivos y sudorosos que juegan tenis mientras un colega le habla de la crisis de los misiles. Tal vez se trate precisamente de establecer ese contraste implícito entre deseo y crisis, pero es este tipo de decisión estética la que lleva a decir a Guilherme de Alencar Pinto, en La Diaria, que Sólo un Hombre es “una película bien gay”… Lo de George no pasa por satisfacer una pulsión erótica, como queda claro en la escena de “levante” de Carlos, sino tal vez por decidir si algo de lo que lo rodea constituye algún tipo de motivación, aunque sea erótica, que justifique seguir viviendo…

Sí tiene razón Guilherme cuando dice que Tom Ford es un director homosexual, lo cual no quiere decir nada en sí mismo. Importa más saber que Tom Ford es ante todo un esteta, un exitoso diseñador de moda graduado de director de cine con esta película. Y quizás su exceso de esteticismo es algo que se le pueda reprochar a Sólo un Hombre, una película que posee una fotografía preciosista, llena de efectos de foco, variaciones casi constantes de tonalidades, texturas y coloraciones, o una dirección de arte refinadísima y muy cool que incluye la casa, el auto y el vestuario de los personajes, empezando por el propio George (que no deja de vestirse bien ni aunque esté considerando la posibilidad de que sea su último día de vida).

Esto podría ser un problema si la película estuviera vacía de humanidad, que no es el caso, o si no incluyera cuotas de una emoción contenida que por momentos se ve equilibrada con sutiles toques de humor más bien negro. Y sobre todo si no existiera esa verdad y ese compromiso con sus personajes que exhiben Moore y Firth en sus interpretaciones de excepción.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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