Criatura de la noche

Criatura de la noche

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  • Titulo original: Låt den rätte komma in
  • Dirección: Tomas Alfredson
  • Género: Drama-Terror
  • Protagonistas: Kåre Hedebrant - Lina Leandersson
  • País: Suecia Año: 2008
  • Duracion: 1h55'
  • Elenco: Per Ragnar - Henrik Dahl - Karin Bergquist - Peter Carlberg
  • Sitio oficial IMBD
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Ficha

Resumen

Basada en una novela de John Ajvide Lindqvist, y adaptada por su propio autor, esta es la historia de Oskar (Kåre Hedebrant), un solitario chico de 12 años que vive con su madre en un suburbio de Estocolmo y es acosado por compañeritos de escuela. Una noche se hace amigo de Eli (Lina Leandersson), una vecina igualmente solitaria cuya llegada al barrio coincide con una serie de misteriosas muertes. No es casualidad: Eli es, en realidad, un vampiro.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Una película fascinante, bellísima en su formulación visual y sonora, y narrada con sorprendente precisión. Más una historia de amor y amistad entre dos seres solitarios que una película de vampiros, definitivamente no recomendable para quienes busquen algo parecido a Crepúsculo.

Pasá, entrá

Si, es cierto: los vampiros están de moda. La saga Crepúsculo, las series True Blood y The Vampire Diaries, hasta la literatura juvenil uruguaya se ha sumado a la tendencia (Música de vampiros, de Federico Ivanier). Difícil determinar cuándo y cómo empezó esta fiebre vampírica, pero sin duda la culpa original la tiene un señor llamado Bram Stoker, que por allá por 1897 publicara una novela (Drácula) que no sólo se convertiría en clásico sino que sentaría las bases para todo lo que vino después. Criatura de la Noche (falso y engañoso título comercial en español para una película que originalmente se llama “Deja entrar a la persona correcta”) se estrena originalmente en 2008 y llega a nuestro país en 2010, en medio de esa moda y coincidiendo además con la tercera entrega de Crepúsculo. Pero por suerte no tiene nada que ver, es otra cosa.

Al igual que casi todo lo que se ha filmado sobre el tema está basada en una novela, en este caso del escritor sueco John Ajvide Lindqvist, quien también realizó la adaptación. La novela no tiene desperdicio (está editada en español bajo el título “Déjame entrar”) y aunque su traslación al cine conserva lo básico y pierde (o, mejor dicho, deja de lado) muchas lecturas y subtemas como la pedofilia o algunas de las consecuencias sociales del estado de bienestar sueco, la película tampoco tiene desperdicio. Aunque vale aclarar que esta recomendación no incluye a quienes busquen la típica película de vampiros con escenas de acción terrorífica y romances prohibidos para adolescentes. Para eso está, precisamente, Crepúsculo. Aunque tiene algunas escenas violentas, y por momentos mucha sangre, Låt den rätte komma in (me niego a usar el título castellano) es ante todo una historia de amor y amistad entre dos pre-adolescentes solitarios. O, para ser más precisos, entre un pre-adolescente tímido y solitario y una criatura que tiene 12 años “desde hace mucho tiempo” y que, sí, es muy pálida, solo sale de noche y se alimenta de sangre humana.

La condición de Eli (que así se llama ella) es en realidad un detalle. Relevante, por supuesto, pero algo que carga como un peso, o un trauma. Así como Oskar (hijo único de padres divorciados) tiene problemas en la escuela, donde es acosado permanentemente por un compañerito perverso y sus compinches, la supervivencia de Eli depende de la muerte violenta de otras personas, y eso no es algo que ella viva con placer; por el contrario, cuando la vemos matar por primera vez (en una escena brillantemente planteada en un plano abierto, casi sin cortes, debajo de un puente oscuro) queda claro que el acto le genera culpa. Pero Eli es lo que es y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.

La relación que rápidamente se establece entre los dos está pautada por una comprensión e identificación mutua que trasciende las diferencias y los lugares comunes. Poco importa lo que es cada uno, lo que necesitan es alguien que los acepte y no los juzgue, un refugio, un lugar donde pasar y sentirse cómodos y protegidos. Se necesitan uno al otro. Cuando Eli le pregunta a Oskar si la querría igual aunque no fuera una chica, y él responde que sí, una lectura posible es que, ante la atracción y los sentimientos profundos entre dos seres, las apariencias y los géneros (varón, mujer, ¿vampiro?) son apenas circunstancias. Esta idea se ve apoyada por la elección de los actores, ambos de aspecto más bien andrógino, y también por el comportamiento de los personajes, donde Oskar es claramente el debilucho y Eli la fuerte, la que lo alienta a contraatacar el acoso de sus compañeritos de escuela. Se trata de uno de los retratos más sensibles, sutiles y reveladores que se hayan filmado sobre el tránsito entre la infancia y la adolescencia, y allí radica uno de los principales atractivos de la película.

También está el personaje de Håkan, que al principio pasa por el padre de Eli, o tutor, pero luego se revela como una especie de guardián o, más bien, de asistente que le provee de sangre a cambio de… ¿sexo? ¿Convivencia? ¿Será que Håkan es un pedófilo que se aprovecha de una “niña” necesitada de ayuda para alimentarse? Difícil, considerando que ella es, una vez más, la que lleva la voz mandante en la relación. ¿O será que Håkan fue un niño como ella, como Oskar, del cual Eli se enamoró hace mucho tiempo y que luego creció y envejeció, como suele sucederles a los mortales? Esta hipótesis es la más probable, sobre todo ante esa escena clave en la que Håkan demuestra cierto celo hacia Oskar y ella lo acaricia compasivamente. Y probablemente sea también la más perturbadora, sobre todo en relación al futuro del personaje de Oskar, considerando el último plano de lo que podríamos catalogar como “final feliz”.

El director Tomas Alfredson (Estocolmo, 1965), un hombre con vasta experiencia tanto en cine como en televisión, ha concebido una película bellísima en su formulación visual y sonora, que no recurre a efectismos de ningún tipo; por el contrario, se toma su tiempo para describir la no-vida que transcurre lentamente en ese suburbio nevado, los hábitos de sus habitantes (no solo Oskar y su vecinita recién llegada, sino también ese grupejo de parroquianos que beben para matar tanto el frío como el aburrimiento). Es posible que se desvíe y exceda un poco en el seguimiento de algún personaje secundario que sobrevive a un ataque de Eli, pero por lo demás, Låt den rätte komma in es una película fascinante, narrada con sorprendente precisión y sobresaliente en cada uno de sus rubros técnicos, así como en el rendimiento de un elenco totalmente desconocido por estos lados donde obviamente sobresalen sus dos jovencísimos protagonistas.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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