Psicópata americano

Psicópata americano

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Presentado por
  • Titulo original: American psycho
  • Dirección: Mary Harron
  • Género: Drama-Terror
  • Protagonistas: Christian Bale - Willem Dafoe
  • País: Estados Unidos-Canadá Año: 2000
  • Duracion: 1h42'
  • Elenco: Jared Leto - Samantha Mathis - Josh Lucas - Matt Ross
  • Disponible en: VHS
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Basada en el controversial best-seller de Bret Easton Ellis, Psicópata Americano describe el estilo de vida de Patrick Bateman (Christian Bale), un joven apuesto y elegante, educado en Harvard, que trabaja en la compañía de su padre en Wall Street durante el día y, por las noches, se transforma en un asesino compulsivo. Inserto en un mundo materialista y vacío de sentimientos, la experimentación con la violencia funciona para él como salida emocional. Pero si bien en un principio cree poder dominar sus instintos, Bateman comienza a descender más y más en su propio infierno perdiendo progresivamente el control de sus actos.

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Comentario de Cartelera.com.uy

Esta noche salgo a matar

La primera reflexión que habría que hacer después de ver Psicópata Americano es: gracias a Dios que Leonardo DiCaprio no es el protagonista. Ante una propuesta de la productora Lion's Gate, la estrella de Titanic consideró durante un tiempo protagonizar la película, poniendo en vilo a la directora Mary Harron (quien ya le había ofrecido el papel a Christian Bale) y a media comunidad cinematográfica. Es más: Harron (Yo le disparé a Andy Warhol) estaba dispuesta a renunciar si le imponían a DiCaprio o a cualquier otro actor que no fuera su elegido. Finalmente, y como prueba de que en el mundo sigue existiendo algo de cordura, Leo se hizo a un lado y el personaje recayó en Bale.

Lejos de su debut en El Imperio del Sol (1987) y convertido en un actor muy bueno, Bale asumió el riesgo de meterse en la piel de un personaje que ha estado en el imaginario de millones de lectores desde que la novela irrumpió en las librerías (con mucho ruido, por cierto) allá por mediados de los '80. No sé ustedes, quienes hayan leído la novela, pero a mí siempre me costó ponerle un rostro a un tipo como Bateman, que Harron bien a descrito como un monstruo de estos tiempos, un equivalente de lo que la criatura del Dr. Frankentein fue hace un siglo o M, el Vampiro Negro en las primeras décadas de éste. Así que ver a Bale como "envase" de semejante villano y sentir que encaja perfectamente con lo que hubiéramos imaginado (tanto física como psicológicamente) es el primer triunfo del film.

El segundo es la adaptación en sí misma: American Psycho (la película) se las ingenia para ser una versión no sólo fiel sino en muchos aspectos mejorada de American Psycho (la novela). La obra de Ellis, que sigue teniendo tantos detractores como admiradores, era una arrolladora y fascinante descripción, en primera persona, de un individuo frío, cínico y frívolo a extremos casi absurdos. Alguien que más que una persona era un fenómeno, una encarnación de los valores que marcaron a buena parte de la sociedad estadounidense en la década del ‘80: la obsesión por la perfección exterior, la ambición desmedida, la creciente búsqueda de estímulos (dinero, sexo, drogas, confort) y el vacío emocional y moral. Valores que siguen vigentes y que permiten decir que el título de Psicópata Americano le hubiera quedado bien incluso a Bateman si no fuera un asesino, sino simplemente todo lo demás.

Lamentablemente, lo que Ellis insinuaba fue malinterpretado por quienes acusaron a la novela (sobre todo en base a su serie de crímenes extremadamente gráficos) de una mera explotación de la violencia y de un ejercicio misógino. Algunos grupos feministas, tal vez necesitados de excusas por qué protestar, alzaron su voz contra el autor denunciando el desprecio que Bateman exhibe hacia las mujeres y la insanía con que las mata. Como si un creador que ha usado la imaginación tuviera que hacerse responsable de los actos de sus personajes. A Ellis no lo ayudó nada que, en 1995, su libro fuera encontrado en la mesa de luz del asesino en serie Paul Bernardo.

Lo gracioso de todo esto es que la responsabilidad de llevar American Psycho a la pantalla recayó en una mujer, que no sólo la entendió como una novela antimachista (después de todo, los pocos personajes "como la gente" son mujeres: la secretaria de Bateman, Jean, y Christie, la prostituta) sino que aportó leves cambios que mejoraron su adaptación. Por ejemplo, eliminó casi de raíz la violencia explícita, permitiendo que el espectador no se sienta gratuitamente shockeado y que la tensión surja de lo que uno cree que Bateman es capaz de hacer y, sobre todo, de si tiene ganas de hacerlo. Hay mucho más suspenso en una pistola de clavos apuntando desde atrás a la cabeza de una potencial víctima que en un hacha partiendo en dos el cuerpo de otra.

Pero fundamentalmente, Harron subrayó el tono satírico que sugería el libro. Bateman es patético, al igual que sus amigos, su novia y su amante, y en eso parece estar de acuerdo la directora, quien imprime un tono de comedia oscura, muy oscura. Es tan delirante y absurdo el proceder de Bateman (y, al mismo tiempo para él, inevitable) que uno no puede sino entenderlo con un poco de lástima y bastante de humorismo.

Otro aspecto que Harron mejoró es la ambigüedad del final, que no quedaba demasiado clara en la novela: ¿hasta qué punto los crímenes de Bateman son reales o simples productos de su alucinación? Esa secuencia "a lo cine de acción de Hollywood", cerca del desenlace, podría estar remarcando eso, ya que la película rompe entonces con el naturalismo que venía imprimiendo.

Cuando uno lee una novela y le gusta, y luego se prepara para ver su adaptación al cine, se genera una mezcla de impaciencia (por ver el resultado) y cautela (por miedo a salir decepcionado). Sobran los ejemplos de traslaciones fallidas y en libro tan complejo como éste, el riesgo era aún mayor. Pero como degustador de la novela en que está basada (aunque haya sido la única que me obligó a retirar los ojos del papel por no poder soportar lo que estaba leyendo), la película no sólo colmó mis expectativas sino que resultó una experiencia nueva. Leer la novela es una cosa y ver la película es otra. Es como pisar terreno conocido, sólo que el paisaje ha cambiado y se vuelve a descubrir como la primera vez, pero de manera diferente. Es probable que quien no haya leído la novela no disfrute (por raro que suene el término) tanto de la película (no es, claro, una más de asesinos en serie); aunque tampoco creo que sea excluyente.

Y ahora, si me disculpan, tengo unos videos que devolver.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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FILM/1708

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