Graziano Bartolini

  • Muestra: Miradas de América Latina
  • Género: Fotografía

Ficha

Resumen

Exposición fotográfica: Miradas de América Latina de Graziano Bartolini

Miércoles 21 de agosto - 18 hs. - Sala Figari del Palacio Santos (entrada por calle Cuareim 1370) - cocktail

Una selección de fotografías del continente latinoamericano; una historia de viajes a través de la narración fotográfica de Graziano Bartolini con textos tomados del libro "Las venas abiertas de Amércia Latina" de Eduardo Galeano.

Miro. Estoy acostumbrado a mirar. A elegir detalles dentro de lo que cabe en mi campo visual. Luego, rápidamente, enfoco, establezco los parámetros, saco la foto. Pero una cosa es mirar un paisaje, un detalle arquitectónico, o bien una muchedumbre, una banda que toca música, alguien que corre en la calle. Otra cosa es mirar a la cara a una persona. Mirar los ojos que me miran y que dentro de un momento, fotografiaré.

La emoción es tan fuerte que la cámara se convierte en algo distinto. Se convierte en un punzón que intenta romper un muro de instintiva desconfianza; se convierte en un espejo que refleja hacia el otro mi propio deseo de comprenderlo y mi necesidad de ser comprendido; se convierte en una pluma que dibuja al otro: no tanto como es exactamente, sino en la manera en la que yo lo veo. De nuestra recíproca mirada brota una energía especial, una descarga eléctrica que por un instante se hace tangible, como si realmente estuviéramos conversando: no sólo con los ojos.

En mis viajes por el mundo quizá no estuve en medio de guerras, genocidios y carestías, pero sí he visto la miseria, la desesperación y el valor de gente pobre que es capaz de inventar su propio futuro paso a paso, día tras día. Del ruido de un pedazo de madera contra una lata he visto nacer una alegría que contagiaba a cualquiera que estuviese al alcance.

Creo que un fotógrafo debería tener el valor de fotografiar también lo que estamos acostumbrados a considerar incómodo o inconveniente: un mendigo que ha encontrado su refugio dentro de una pila de cartones en la calle, un paria dormido entre excrementos, un cuerpo destrozado por una mina, una prostituta casi niña en compañía de un viejo asqueroso. Pero al mismo tiempo, creo que ese fotógrafo debería tener en ciertas ocasiones la fuerza y la inteligencia para detenerse en el último momento. Un momento antes de fotografiar a un ser vivo que un repentino estallido de luz, sobrevenido junto con el clic de la cámara, puede transformar en una imagen crudamente estática y a su manera, ferozmente eterna.

No es fácil encontrar un nexo entre las ganas de narrar las miradas, nuestro propio mirar y la vida, la vida de la gente. Gente, que la gran aceleración de la rotación terrestre acerca y aleja continuamente. Al final, nosotros siempre tenemos en el bolsillo una coartada, una justificación. Un tranquilizador boleto de regreso hacia nuestras casas confortables, occidentales, seguras, dentro de un mundo que no nos pertenece, que es cada día más alienante, que rechazamos pero en el que nos quedamos atrapados para exprimirle la médula, y que a su vez, nos exprime hasta el hueso.

Mañana, que quizás ya es hoy, seremos viajeros ya sin viajar nunca. Hoy mi boleto será de sólo ida. Yo me paro frente a estas miradas. Miradas que quiero narrar y que también me cuentan algo de mi propia dolorosa inquietud.

Graziano Bartolini

 

Fuente: Instituto Italiano de Cultura

 

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