Ratatouille

Ratatouille

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Presentado por
  • Titulo original: Ratatouille
  • Dirección: Brad Bird -Jan Pinkava
  • Género: Animación-Comedia
  • País: Estados Unidos Año: 2007
  • Duracion: 1h50'
  • IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Animación
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Ficha

Resumen

Esta formidable comedia de animación de los estudios Pixar y del director Brad Bird (Los Increíbles) narra la historia de Remy, una rata que aspira a convertirse en un gran chef a pesar de los deseos de su familia. Cuando el destino lo lleva a las alcantarillas de París y debajo de un famoso restaurante francés –donde ciertamente es un visitante indeseado– Remy hace todo lo posible por concretar su sueño. Oscar 2008 a la mejor película de animación.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Un entretenimento de primer nivel, con extraordinaria animación pero sobre todo con entrañables personajes y una historia original, divertida y hasta raramente emotiva.

Felicitaciones al chef

Winsor McCay, Walt Disney, Tex Avery, Chuck Jones, Bill Hannah, Joseph Barbera, Ray Harryhausen, Jirí Trnka, Jan Svankmajer, Ralph Bakshi, Hayao Miyazaki, John Lasseter, Nick Park… Y ya es hora de que Brad Bird se sume a esta lista (seguramente incompleta) de grandes nombres del cine animado. Desde su primera película, El Gigante de Hierro (1999), Bird (nacido en Kalispell, Montana, en 1957) llamó la atención de la industria y de la crítica por su capacidad para emplear la animación al servicio –en primer lugar- de una muy buena historia. Y aunque el público no lo acompañó en aquella oportunidad, su segunda película, Los Increíbles (2004) –esta vez para los estudios Disney/Pixar- fue un fenomenal éxito de taquilla en todo el mundo y le valió el Oscar a la mejor película animada. Con Lasseter dedicado a supervisar la producción no sólo de Pixar (compañía que fundó) sino de Disney Animation (propietaria de Pixar desde el año pasado), y regresando a la dirección muy esporádicamente (como en Cars, de 2006), puede afirmarse que Bird es el director más notable en el cine de animación hollywoodense hoy en día.

En Ratatouille confirma no sólo su asombrosa capacidad para crear historias originales y personajes atractivos e incluso entrañables, sino también su increíble talento como narrador. Hace pocos días decíamos que Shrek Tercero era mucho más eficaz e inteligente que la mayoría de las comedias “de carne y hueso” que se producen en Hollywood; lo mismo puede decirse de Ratatouille, una película que logra atrapar, sorprender, divertir y hasta emocionar mucho más que enormes blockbusters con grandes estrellas en sus elencos. La ratita Remy –precisamente la última alimaña que querríamos ver en nuestras cocinas- se gana el afecto del espectador desde la primera escena, y lo acompañamos sin ninguna dificultad desde las alcantarillas suburbanas hasta el primer plano de la escena gastronómica de París, donde intentará concretar su sueño de convertirse en chef.

El “mensaje” es obvio (“cualquiera puede…”), algunos personajes son bastante arquetípicos (el muchacho torpe pero bueno, el antagonista mezquino y garronero, la chica dura pero finalmente tierna, el padre escéptico pero finalmente comprensivo), y no falta casi ninguno de los ingredientes utilizados en este tipo de producción (aventura, acción, romance, nostalgia, emoción y, por supuesto, mucho humor). Sin embargo la película es fresca, inteligente, divertidísima (si bien no graciosísima como Shrek, por ejemplo) y –algo sumamente valorado en estos días vacacionales- ofrece algo para todos los públicos. Y por cierto que en materia de animación –en particular los roedores en detalle, los paisajes parisinos y las humeantes comidas que se preparan en la cocina del restaurante- nos confirma que aún no hemos perdido nuestra capacidad de asombro.

Debo decir, además, que así como el formidable personaje de Anton Ego es desafiado en sus propias convicciones y enviado de regreso a su infancia (no digo más para no quemar el que creo es el mejor momento de la película), a mí me pasó algo similar: mientras miraba Ratatouille la otra noche, a mis 33 años, sobre todo como espectador pero, inevitablemente, también como crítico de cine, tuve la sensación de estar regresando en un flashback al cine Censa de fines de los ‘70, en una de esas tardes de vacaciones en que mi vieja nos llevaba a ver películas como Bernardo y Bianca o La Dama y el Vagabundo. Y medio que me conmoví, para qué te voy a mentir… Y entonces me di cuenta de que las mejores películas de animación –las del viejo Disney, las de Chuck Jones, las de Miyazaki, Lasseter, Park y ahora Brad Bird- no son solamente buenas películas y punto sino que además nos permiten recuperar, a quienes ya no somos niños, parte de la inocencia que la adultez se empeña en arrebatarnos. Y aunque sea por dos horas nos dejan volver a creer que casi cualquier cosa es posible, incluso que una rata se convierta en el mejor chef de París.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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