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Ficha

Resumen

Esta comedia musical, inspirada en los grandes éxitos de Raffaella Carrà, cuenta la historia de María (Ingrid García-Jonsson), una bailarina joven, sensual y con ansias de libertad en la España de principios de los años 70, una época que estuvo marcada por la rigidez y la censura, especialmente en televisión. Con ella descubriremos cómo hasta el más difícil de los sueños puede convertirse en realidad.

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Comentario de Cartelera.com.uy

Simpatía, colorido y homenaje

Recientemente fallecida a los 78 años, Raffaella Carrà fue una cantante, bailarina y presentadora italiana - además de en su país, desarrolló gran parte de su carrera en España - que tuvo momentos de gran auge en las décadas de los 70 y 80. Carente de una gran voz, su popularidad se basaba en su simpatía, en letras de canciones pegadizas con cierto aire picaresco y en algunas coreografías ingeniosas en las que demostraba ser mejor bailarina que cantante. Vale recordar que, en los comienzos de su paso por España, el franquismo imperaba y Raffaella tuvo el ingenio para, en el marco de esas canciones superficiales y pegadizas poner algunas cosas sobre la mesa, algo que seguramente el régimen no hubiese tolerado en tonos más comprometidos.

Nacho Álvarez, hermano menor de Federico (director de No respires y La chica en la telaraña, entre otras), es un uruguayo que desde hace unos años está en España. En ésta, su ópera prima, las canciones de Carrà - interpretadas por el elenco - son el soporte de un guion que, aún con algunos tropiezos, oficia como un musical correcto y simpático, que homenajea amablemente a la artista.

La anécdota se ubica a principios de los 70 y presenta a María, una chica que deja en Roma a su novio plantado en el altar y huye a España en busca de cumplir su sueño: ser una bailarina y cantante de renombre. Conocerá a un empleado de la TV local con quien tendrá su historia de amor y de ahí en adelante se dispararán sin demasiadas sorpresas los vaivenes esperables en una película de este tipo. Las canciones se integran fluidamente y el tono naif e irónico que predomina le toma el pelo eficazmente - y de paso lo recuerda, que nunca viene mal - a la censura de aquellos tiempos en España, en especial en relación al sexo y la política.

Vale decir que Álvarez logra el equilibrio necesario entre la parodia y la caricatura y queda claro que la película no peca de trascendente, ni aspira a ser más de lo que ofrece. En algunos pasajes son claras algunas referencias. La más clara e inevitable es Mamma Mía! (2008), y en el uso de los colores y en la creación de ciertos ambientes cita a Pedro Almodóvar.

Un punto que no aparece demasiado ajustado es el elenco. Por ejemplo, el personaje principal, María, está a cargo de una actriz de renombre, Ingrid García-Jonsson, que generalmente encarna roles totalmente distintos y que pareciera aquí no moverse con la soltura necesaria. Recuerdo por ejemplo su gran labor en la intensa y sugestiva Love me not (LLuis Miñarro, 2019). El resto también presenta algunos desniveles, destacándose Verónica Echegui como la amiga de la protagonista y en especial el veterano Pedro Casablanc como el censor implacable y ridículo.

En suma, estamos ante una película que se disfruta dejando exigencias cinéfilas a un costado y que vale ante todo como homenaje y divertimento. En ocasiones, no es poco.

Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy