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Ficha

Resumen

Guitarra blanca es, al mismo tiempo, la historia de un documental inconcluso sobre Alfredo Zitarrosa y la de su realizador Francisco «Papico» Cibils. Desde marzo de 1984 hasta febrero de 1989, Papico registró los acontecimientos artísticos más relevantes de un Zitarrosa que intentaba volver a integrarse a la sociedad uruguaya después de su exilio. Este registro, producto de su tiempo y del impulso intuitivo de su director es, entre otras cosas, un eslabón en la construcción colectiva de la memoria uruguaya desde la perspectiva de la cultura popular.

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Comentario de Cartelera.com.uy

Lo hizo de nuevo

Alfredo Zitarrosa regresó a Uruguay el 31 de marzo de 1984 luego de varios años de exilio. A partir de ese momento, el poeta y persona vinculada a los medios audiovisuales Francisco "Papico" Cibils comienza a registrar en su cámara VHS muchas de las actividades de Alfredo, las profesionales y también otras de su ámbito más íntimo y familiar. No faltan, entre otras imágenes, su discurso en AEBU la misma noche de su regreso, momentos inolvidables de sus recitales y hasta algunas deliciosas escenas que deparan sus diálogos con su hija Serena.

 

Con el paso del tiempo, el vínculo se va afianzando - Serena llega a decir que Papico fue el hijo varón que Alfredo no tuvo - y se forma entre ellos una real amistad. Cuando Zitarrosa muere en 1989, Cibils piensa en hacer un documental con todo lo que había recabado llegando incluso a plantearle la idea a algunos cineastas, pero por distintas razones el trabajo no se lleva a cabo hasta que en 2004 es Papico quien muere.

 

Luego de unos años, todo ese material llega a manos de Aldo Garay, y tras mucho pensar por donde pasaría el énfasis especial, llega esta película donde el cineasta vuelve a tomar riesgos, y como generalmente ocurre, sale más que airoso en la empresa.

 

El trabajo refiere y hasta evoca tanto a Zitarrosa como a Cibils, desde el vínculo que los unió y también tomados individualmente, entrelazando sus vivencias y sus historias. Y justamente el riesgo salvado con creces es que en ningún momento la figura imponente de Zitarrosa opaca a la de alguien mucho menos conocido y notorio. El equilibrio y la característica profundidad de Garay en cada una de las entrevistas hacen que el interés nunca decaiga. En relación a la figura de Papico, su personalidad sensible e inquieta va quedando clara a través de los testimonios de su pareja y sus hijos y también gracias a las palabras de algunos de sus amigos como es el caso del sicólogo Gabriel Galli, quien lee sentidamente ante cámara algunos de sus poemas.

 

La película está lejos de agotar su interés en lo ya reseñado. Teniendo en cuenta que registra acontecimientos sucedidos desde 1984 - el año en que volvió la democracia a Uruguay - este trabajo oficia eficazmente como una referencia política, social y cultural de todo lo que estaba pasando en aquellos tiempos tan especiales.

 

Otro aspecto acertado e ilustrativo es que los lugares donde se refiere al pasado, se muestran como están en la actualidad, como la sede de AEBU, el Estadio Centenario, el Estadio Franzini, algunas plazas, siendo en este sentido impactantes las imágenes del antes y el ahora del viejo Aeropuerto de Carrasco.

 

Sí, Aldo Garay lo hizo de nuevo. Tomó riesgos, los sorteó con éxito y su mirada profunda, particular y humana nos hace testigos de, en mi opinión, uno de los mejores documentales del año.

 

Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy