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Resumen

Batman Inicia, de Christopher Nolan (Memento), explora los orígenes de la leyenda de Batman y la aparición del Caballero Oscuro como fuerza del bien en Ciudad Gótica. Después del asesinato de sus padres, el desilusionado heredero industrial Bruce Wayne (Christian Bale) viaja por el mundo buscando la manera de combatir la injusticia y a la vez provocar miedo a aquellos que se aprovechan de los temerosos. Regresa a la decadente Gótica y revela su alter-ego: Batman, un justiciero enmascarado que usa su fuerza, intelecto y un despliegue de artefactos de alta tecnología para combatir las fuerzas siniestras que amenazan la ciudad.

Comentario de Cartelera.com.uy

A los orígenes

Toda historia tiene un final, decía el slogan de una película recientemente. Y toda historia, también, tiene un principio. Y este Batman Inicia es, según dicen los conocedores, el principio original, el más fiel a la historieta que imaginó Bob Kane sobre el hombre murciélago.

Ahora bien, ¿importa la fidelidad a un original cuando se trata de hacer una buena película? Para los seguidores del comic, al menos los que lo viven como una religión, parece que sí. A los que nunca leyeron una historieta de Batman, en realidad, lo que les importa es ir al cine a que le cuenten una buena historia. Y desde ese punto de vista la versión de Christopher Nolan es quizá una de las mejores adaptaciones cinematográficas que se hayan hecho de un superhéroe, llámese Batman o cualquier otro.

Al menos es la que se toma su material más en serio. Vamos a no quitarle mérito al imaginario visual de Tim Burton, que además supo crear en Batman (1989) y sobre todo en Batman Vuelve (1992) dos estupendos entretenimientos. Pero es cierto: sus películas eran más bufonescas, y en ambas había villanos que se comían la pantalla (el Guasón de Jack Nicholson, nada menos, en la primera; la Gatúbela de Michelle Pfeiffer y el Pingüino de Danny De Vito en la segunda) y sendos Batmans/Bruce Waynes que quedaban casi relegados a un segundo plano de interés, tanto por la poca garra actoral de su protagonista (Michael Keaton) como por el lugar que en definitiva le otorgaba la historia.

Lo que hace el británico Nolan –ayudado sin dudas por su coguionista David S. Goyer, un especialista en adaptaciones de comics al cine (Blade, El Cuervo)- es, en primer lugar, tomar como centro absoluto a Bruce Wayne y contar su historia desde el comienzo. O, al menos, la historia que nos interesa conocer: cómo un heredero huérfano se convirtió en justiciero de Ciudad Gótica. Todo lo demás es secundario. Recuerden que en las anteriores películas de Batman había una mayor preocupación por entender el origen de los malos de turno; cómo Bruce Wayne había llegado a colgarse la capa negra era algo sin importancia, apenas esbozado (con mucha libertad) en la primera entrega de Burton.

En segundo lugar, se han tomado la tarea en serio. Batman Inicia no es una peliculita más para pasar el rato; tampoco es una tragedia griega ni un drama de Shakespeare, no exageremos. Pero a diferencia de la gran mayoría de las superproducciones que Hollywood fabrica para consumo veraniego (o invernal, para nuestro caso), aquí hay una historia contada en serio, con gran destreza, y sin ofender la inteligencia del espectador. Es decir que se ubica en un muy digno punto intermedio entre el pasatiempo comercial promedio y el cine de autor hollywoodense (si es que algo así todavía existe) con interés en el lado humano de las cosas.

Pero tal vez lo más importante de todo a la hora de atrapar la atención del espectador: se lo ha servido en un prolijo envoltorio cinematográfico, con lujos de fotografía (Wally Pfister), música (James Newton Howard y Hans Zimmer) y –sobre todo- un brillante diseño de producción (Nathan Crowley) que convierte a su decadente Ciudad Gótica en una suerte de Nueva York posmoderna y casi apocalíptica, visualmente sugestiva. Hay un buen equilibrio entre el despliegue de acción más pura y la introspección psicológica de su protagonista que no es habitual para un film “de vacaciones”, algo que cabía esperarse del director que hizo Memento (2000) e Insomnia (2002). Y en eso tiene mucho que ver también su notable elenco, mayormente británico, donde Christian Bale (Psicópata Americano) está bien pero sobre todo brilla un estupendo elenco secundario, desde la emotiva interpretación que hace Michael Caine de Alfred (más que un mayordomo, una suerte de padre sustituto en este caso) hasta la divertida complicidad que exhibe Morgan Freeman (cuyo Lucius Fox es para Batman lo que Q era para James Bond).

Un mérito adicional, no menor, de esta Batman Inicia es que nos permite olvidar los dos mamarrachos anteriores de Joel Schumacher; eso, después de todo, es un gran gesto hacia la humanidad.

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy