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Ficha

Resumen

Después de que un grupo de activistas por los derechos de los animales allana una instalación que se dedica a investigar primates, un poderoso virus se esparce por toda Gran Bretaña. El virus, que se transmite con tan sólo una gota de sangre y es devastador en unos cuantos segundos, provoca que aquellos infectados queden en un estado permanente de furia asesina, como zombies pero mucho más ágiles que los de George Romero, por ejemplo... A 28 días de la catástrofe, el país está abatido y un puñado de sobrevivientes comienza a realizar intentos para salvaguardar un futuro, sin percatarse que el mortal virus no es la única cosa que los amenaza.

Comentario de Cartelera.com.uy

¿Qué tal si...?

El exterminio de la humanidad sería mucho más atemorizante si la pareja de al lado no hiciera tanto ruido con el pop. Pero aún así la experiencia ofrecida por el director Danny Boyle (Trainspotting, La playa) debe contarse entre lo más inquietante que el género de terror haya ofrecido últimamente. La inspiración más obvia es, por supuesto, el clásico La Noche de los Muertos Vivientes, de George A. Romero (1968). Pero el guionista Alex Garland, autor de la novela original que dio origen a La playa, también ha señalado como fuente la literatura británica de ciencia ficción, particularmente la de J.G. Ballard y John Wyndam.

Pero si bien hay tres o cuatro momentos que realmente asustan, Exterminio es fundamentalmente una película de guerra en la que un reducido pelotón se enfrenta a un enemigo temible e impredecible. Es, ante todo, una entretenidísima aventura basada en una premisa sumamente inquietante: ¿qué tal si un día te despertás y tu ciudad está vacía, y por más que gritás nadie responde? ¿Qué tal si te enterás que un virus ha matado a la mitad de la población, y que la otra mitad ha huído por miedo a contagiarse? ¿Qué tal si ese virus se transmitiera rápidamente, y consistiera en una furia asesina infinita, insaciable? ¿Acaso vos no tendrías miedo?

Boyle echa mano de la tecnología digital para registrar de manera casi casual un Londres desierto, y para seguir a sus personajes (los buenos) por calles oscuras, edificios abandonados y túneles congestionados de chatarra, tratando de evadir a hordas de muertos en vida que corren (no caminan ni se arrastran, ¡corren!) detrás de carne fresca. La película se ve bien, y los encuadres están muy bien pensados, pero el hecho de que haya sido filmada en video le aporta cierto realismo a una despojada ambientación pos-apocalíptica.

Otro acierto es la banda sonora, que recurre a un rock golpeador o a pasajes más clásicos para conmover o perturbar, según la escena, y generalmente logra tanto una cosa como la otra. Y están muy bien elegidos los actores protagónicos, desde la joven inocencia de Cillian Murphy hasta la fiereza de Naomie Harris, sin dejar de lado la veteranía de Brendan Gleeson. Todo contribuye a crear una atmósfera de pesadilla que tiene poco que ver con vísceras arrancadas y litros de sangre y mucho más con la generación de climas.

La ausencia de gente, de ruidos, de certezas; la percepción del peligro latente, ya sea en los bosques de Blair o en las afueras de Londres, es mucho más poderosa que sus posibles consecuencias. Aún cuando el silencio abrumador de la película sea interrumpido por el ruido del pop en la butaca de al lado.

PD: la película incluye un final alternativo después de los créditos finales. No es que realmente valga la pena (no agrega información valiosa a lo ya visto ni extiende los alcances de la historia), pero quienes estén abiertos a otro final (y cuando digo otro final quiero decir que el protagonista corre otra suerte) deberían quedarse a verlo.

Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy