Siete almas

Siete almas

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Presentado por
  • Titulo original: Seven pounds
  • Dirección: Gabriele Muccino
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Will Smith - Rosario Dawson
  • País: Estados Unidos Año: 2008
  • Duracion: 2h03'
  • Elenco: Barry Pepper - Woody Harrelson - Michael Ealy
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

El actor Will Smith y el director Gabriele Muccino se reúnen después de En Busca de la Felicidad (2006) para contar la historia de un hombre con un terrible secreto que busca redimirse cambiando para siempre la vida de siete extraños. El personaje de Smith está intentando lidiar con la culpa, y al mismo tiempo tiene la potencialidad de convertirse en “Dios” para siete personas, o al menos en una suerte de ángel guardián que les cambie la vida para siempre. Y para bien.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras…: Un intenso drama lacrimógeno, de narración fragmentada, que va ofreciendo respuestas a medida que el relato avanza. Buena actuación de Will Smith, y muy buena de Rosario Dawson.

El buen samaritano

Hubo una época, a mediados de los ’90, en que Will Smith se había convertido en toda una estrella del cine de acción y la comedia hollywoodenses gracias a productos como Dos Policías Rebeldes (1995), Día de la Independencia (1996) y Hombres de Negro (1997). Pero como casi todas las estrellas medianamente inteligentes, quiso probar géneros distintos como forma de no encasillarse, intentando demostrar además que podía ser un buen actor dramático. Y aunque no dejó de hacer películas de acción (Wild Wild West, Hombres de Negro II, Dos Policías Rebeldes II, Yo, Robot) le fue muy bien en papeles más serios, obteniendo sendas nominaciones al Oscar por su interpretación de Muhammad Ali (2001) y por En Busca de la Felicidad (2006), en la que encarnaba a otro héroe de la vida real aunque mucho menos conocido.

Dos años después de su última incursión en el cine dramático, vuelve a unir fuerzas con el director italiano Gabriele Muccino (El último beso) para protagonizar otro drama, en este caso mucho más intenso y lacrimógeno, pero también algo más interesante que ese alegato pro superación individual que era En Busca de la Felicidad. Siete Almas (el original Seven Pounds, teniendo en cuenta el argumento de la película, posiblemente haga referencia a “siete pálpitos” del corazón) comienza con un plano cerrado de Ben Thomas (bien Smith), visiblemente angustiado, que llama a pedir una ambulancia porque se ha cometido un suicidio. Cuando la operadora le pregunta quién se ha suicidado, su respuesta es quizá la menos esperada.

A partir de allí el relato es una especie de rompecabezas que arroja información aislada al espectador, sin que necesariamente éste sea capaz de comprender en qué consiste todo esto, al menos por un buen rato. Pero pronto la idea se capta a la perfección: Ben Thomas sufre una culpa, una culpa enorme por algo que sucedió en su pasado reciente, y pretende redimirse cambiando drásticamente la vida de siete desconocidos que están necesitando rápidamente un golpe de suerte. Ya sea un corazón fallido, un par de ojos que no funcionan, o una situación de violencia doméstica, Ben sólo quiere cerciorarse de que cada uno de esos beneficiarios es digno de recibir el “regalo” que él pretende otorgarles.

Más allá de lo caprichoso de la historia, e incluso de lo fragmentario del relato -un recurso nada original a esta altura, que la emparenta con una película como 21 Gramos (2003), con la que tiene varios elementos en común- es innegable la capacidad que exhibe Muccino para atrapar la atención del espectador desde el primer y hasta el último cuadro. La película está siempre al borde de la inverosimilitud, no porque contenga elementos fantásticos (al contrario, es una película sumamente realista) sino porque a cada instante lleva al espectador a cuestionar la verosimilitud de lo que está viendo (el famoso “mmmm, esto es demasiado, no sé si me lo creo…”). Y quizás si el relato fuese lineal, la historia (escrita por Grant Nieporte) haría agua por todos lados. Pero tal como está filmado y armado, con la invaluable contribución del fotógrafo Philippe Le Sourd y del editor Hughes Winborne (ganador de un Oscar por Crash), termina resultando un film atrapante y por momentos conmovedor sobre el valor de la redención, la solidaridad desinteresada, la soledad del ser humano, y algunas otras cuestiones que no conviene mencionar para no revelar demasiado sobre un argumento que va ofreciendo respuestas a medida que la narración avanza.

En determinado momento de la película no pude evitar recordar aquella canción de Joan Osborne que dice “What if God was one of us / Just a slob like one of us / Just a stranger on the bus…”. El personaje de Will Smith está intentando lidiar con la culpa y ganarse “su lugar en el cielo” (hay una gran religiosidad en el fondo del asunto) y al mismo tiempo tiene la potencialidad de convertirse en “Dios” para siete personas, o al menos en una suerte de ángel guardián que les cambie la vida para siempre. Y para bien.

Lamentablemente hay cinco o diez minutos finales, bastante previsibles a esa altura, donde la tolerancia del espectador a aquella inverosimilitud se ve algo superada. Le compramos casi todo a Muccino hasta allí, pero aún en el marco de un intenso drama lacrimógeno hay cosas que no deberían suceder. Y otras que deberían ser más verosímiles.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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FILM/522

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