Rincón de Darwin

Rincón de Darwin

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  • Titulo original: Rincón de Darwin
  • Dirección: Diego Fernández Pujol
  • Género: Comedia dramática
  • Protagonistas: Jorge Temponi - Carlos Frasca
  • País: Uruguay-Portugal Año: 2013
  • Duracion: 78'
  • Elenco: Jorge Esmoris - Walter Reyno
  • Sitio oficial IMBD
  • Disponible en: Retina Latina
  • Tipo: Película

Ficha

Resumen

Gastón (Jorge Temponi) es muy apegado a la tecnología y sigue enamorado de una ex novia que lo abandonó. Hereda una vieja casa de su abuelo en el interior del país y debe viajar a visitarla acompañado por Américo (Carlos Frasca), un escribano algo deprimido por la vejez. El chofer y dueño de la camioneta en la que viajan es Beto (Jorge Esmoris), un fletero con un pasado algo turbio. El lugar donde se dirigen fue visitado por el naturalista inglés Charles Darwin en 1833, donde recogió información fundamental para luego desarrollar la teoría de la evolución.

Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: Los diálogos certeros y algunas escenas por demás expresivas van generando un sólido tono narrativo. El director se las ingenia para que las vivencias de los protagonistas y los enunciados darwinianos se articulen de manera entretenida y coherente.

 

Cambia, todo cambia

 

Cuando un libro en el que Charles Darwin (quien realizó un viaje por distintos lugares del mundo entre 1831 y 1836) contaba sobre la importancia que tuvo en su polémica teoría de la evolución la visita que realizó a Colonia, Uruguay, en 1833, el cineasta Diego Fernández pensó que aquello bien podría servir como una especie de "excusa argumental" para su primer largometraje.

 

Luego de una breve y clara introducción, la película nos presenta una comedia que - a manera de road movie - trata acerca del viaje que emprenden tres desconocidos en una averiada camioneta hasta el lugar que da título a la historia. El motivo de la travesía radica en que Gastón, un treintañero recientemente abandonado por su novia, tiene que hacerse cargo de regularizar la situación de una casa que heredó de su abuelo, ubicada justamente por aquellos lares. Sus compañeros de ruta serán Américo, un veterano y austero escribano, y Beto, chofer y dueño del destartalado vehículo.

 

A medida que los personajes se van conociendo y descubriendo, Fernández deja bastante claro que una de las prioridades del filme es concordar con la voz en off a través de la cual el mismísimo Darwin va desgranando alguno de los trazos fundamentales de su teoría.

 

Lo primero que hay que reconocerle al director es que se las ingenia para que las vivencias de los protagonistas y los enunciados darwinianos se articulen de manera entretenida y coherente. Para eso es fundamental la sutileza con que se maneja el tenue pero efectivo tono humorístico que sobrevuela el relato - algo bienvenido y no demasiado común en el cine uruguayo - y lo bien delineados que están unos personajes con características bien marcadas y que atraviesan situaciones fácilmente reconocibles.

 

Gastón, que ahoga sus penas en mensajes de texto y alcohol; Américo, que soporta estoicamente las continuas llamadas de su esposa obsesionada con la fiesta de casamiento de su hija; y Beto, que tras su aparente intrascendencia sabe muy bien lo que es el dolor, discuten, ríen, forman alianzas ocasionales y soportan los avatares de un viaje que no será tan sencillo como se presentaba al principio.

 

Muchas veces, este tipo de cine de carretera ofrece sus mayores atractivos en las relaciones que se van tejiendo con los personajes que aparecen a lo largo de la ruta, mientras que en este caso la historia se centra casi exclusivamente en el terceto principal. Y de verdad somos conscientes del avance que su comportamiento y forma de ver la vida va teniendo, tanto en cada uno de ellos como también - como lógica consecuencia - en lo grupal. Esa evolución, de la mano del aprendizaje, parece darle la razón a Darwin cuando decía que las especies que sobreviven no son ni las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que mejor se adaptan a los cambios.

 

Los diálogos certeros y algunas escenas por demás expresivas van generando un sólido tono narrativo, con una dosis convenientemente articulada de momentos graciosos con otros un poco más dramáticos. Estas bondades disimulan y dejan en segundo plano algunas exageraciones - la más clara es que, pese a todos los contratiempos, el viaje no podía demorar tanto - y la sensación que se produce en algunos pasajes de cierto estancamiento que por suerte la propia historia se encarga de solucionar, volviendo rápidamente el asunto a su mejor cauce.

 

El terceto protagónico está muy bien. Carlos Frasca (Américo) no hace otra cosa que confirmar en el cine el talento del que ha hecho gala en su larga trayectoria teatral, y últimamente también televisiva, si tenemos en cuenta el comercial que le ha dado popularidad. Con el personaje de Gastón, y tras alguna incursión apenas correcta, Jorge Temponi vuelve al muy buen nivel que mostrara en aquel entrañable Javi de 25 Watts. Y Jorge Esmoris, aún en sus tonos habituales, aporta credibilidad a Beto.

 

La música de Franny Glass, la fotografía de Arauco Hernández y en especial el dinámico montaje de Fernando Epstein lucen con luz propia, rodeando adecuadamente la anécdota. El debut de Diego Fernández ha sido realmente auspicioso. Este antecedente abre esperanzadas expectativas para próximos trabajos que seguramente hablarán de su evolución.

 


Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy

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