El último rey de Escocia

El último rey de Escocia

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  • Titulo original: The last king of Scotland
  • Dirección: Kevin Macdonald
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Forest Whitaker - James McAvoy
  • País: Inglaterra-Reino Unido Año: 2006
  • Duracion: 2h01'
  • Elenco: Gillian Anderson - Kerry Washington - Simon McBurney
  • IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

En uno de los más increíbles giros del destino, un joven doctor escocés en misión médica en Uganda se encuentra relacionado con una de las figuras más sanguinarias del siglo XX. Impresionado por la actitud valiente del Dr. Nicholas Garrigan (James McAvoy), el autoimpuesto presidente de Uganda, Idi Amin (Forest Whitaker), lo designa médico de cabecera y confidente. Aunque Garrigan se ve halagado por el nombramiento, pronto se da cuenta de los terribles métodos de Amin y de su propia complicidad en uno de los regímenes más sangrientos de África. Por su interpretación como Idi Amin, Forest Whitaker obtuvo el Globo de Oro, el Premio del Sindicato de Actores de Estados Unidos y el Oscar como mejor actor.

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Comentario de Cartelera.com.uy

En pocas palabras...: La película vale la pena sobre todo por la imponente actuación de Forest Whitaker, igualmente encantador o amenazante en la piel de uno de los dictadores más sanguinarios de África.

El carnicero de Kampala

Idi Amin era prácticamente analfabeto cuando se alistó en las fuerzas coloniales británicas en 1945, a los veinte años, y ejerció como policía en Kenia. Con 110 kilos de peso y 1,95 metros de estatura, se hizo popular por su afición al boxeo. En 1951 ya era campeón de los pesos pesados de su país y retuvo el título hasta el 59. Cuando Uganda accedió a la independencia en 1962 se alistó en el Ejército, donde en 1964 había alcanzado el grado de coronel.

Su carrera política comenzó al conspirar en favor del entonces primer ministro Milton Obote y protagonizar como comandante en jefe del Ejército el sangriento golpe de estado que derrocó al rey Mutesa II en 1966 y colocó en la Presidencia a su mentor. En enero de 1971 derrocó a su vez a Milton Obote, cuando éste se encontraba de viaje oficial a Singapur y, desde entonces, inauguró un régimen de terror y excentricidades que causaron directamente la muerte de un número cercano al medio millón de sus compatriotas. El 11 de abril de 1979 -cuando los medios de prensa del mundo entero se habían hecho eco de sus escandalosas exhibiciones de salvajismo- fue derrocado por las distintas facciones opositoras a su régimen articuladas en el Frente de Liberación de Uganda, apoyado por el entonces presidente de Tanzania Julius Nyerere. Se refugió primero en Libia y luego en Arabia Saudita, donde murió el 16 de agosto de 2003 sin haber sido juzgado por sus crímenes.

Adepto a la oniromancia (afirmaba haber soñado la fecha exacta de su muerte) y de religión musulmana, Idi Amin tuvo seis esposas y más de treinta hijos. "El carnicero de Kampala", como se le conoce, también fue famoso por otras excentricidades, como hacer visitas sorpresa a la Reina de Inglaterra, proclamarse "el último rey de Escocia" o "conquistador del Imperio Británico". Por si fuera poco, hizo numerosas declaraciones antisemitas y elogió abiertamente a Hitler, de quien se consideraba su versión africana.

Una joyita, realmente. Todo un espécimen y un ejemplo de a qué grado de locura sanguinaria puede llegar un ser humano. Y un desafío sin duda para cualquier actor, que más allá de las implicancias morales encuentra en el personaje de Amin material de sobra para divertirse. Ciertamente el primer recuerdo que uno se lleva de El Último Rey de Escocia es la imponente caracterización de Forest Whitaker, cuya labor no exactamente protagónica (la película se narra desde el punto de vista del joven doctor que encarna James McAvoy) se roba fácilmente un primer plano de atención. Whitaker, un notable actor que se ha destacado en películas como Bird (1988), El Juego de las Lágrimas (1992) y Ghost Dog, el Camino del Samurai (1999), cambia con asombrosa facilidad las máscaras de su personaje, desde la de líder carismático que exhibía frente a las multitudes que lo aclamaban hasta la del bufón divertido que podía ser Amin en eventos sociales o incluso frente a la prensa. Pero sobre todo se convierte en una bestia aterradora cuando deja escapar su costado sádico y al mismo tiempo vulnerable. Porque en definitiva Amin, como la gran mayoría de los dictadores, era un pobre paranoico lleno de odio e inseguridades -una combinación peligrosa- con demasiado poder en sus manos.

La película, que se basa en una novela de Giles Foden, entremezcla datos históricos con ficción para aproximarse a la figura de Amin desde la perspectiva de un europeo que llega a Uganda sin tener la menor idea de lo que allí sucede. Para el joven doctor escocés que interpreta McAvoy (en una muy buena labor que queda comprensiblemente opacada ante el tour de force de Whitaker) se trata apenas de una nueva aventura tras salir de la facultad de medicina, y de un intento por escapar de la presión familiar. Al atrevido Dr. Garrigan le gustan los riesgos, como lo demuestra no sólo su viaje a ese desconocido rincón de África sino su afición por relacionarse con mujeres casadas. Datos que, sumados a su ingenuidad de nene rico europeo, lo convierten en blanco fácil de las atenciones de un líder como Amin, con quien se vincula de manera bastante accidental. Llega cierta altura en la historia en que uno se pregunta si el Dr. Garrigan es simplemente un aventurero o si carece del más simple instinto de conservación, porque los riesgos que asume son evidentes una vez que Amin empieza a mostrarse tal cual es (“el siempre fue así, lo que pasa es que no te lo dejó ver hasta ahora”, le dice alguien a un despabilado Garrigan que se descubre de pronto hundido en el fango).

La película es bastante superficial, si se quiere, como retrato de uno de los dictadores más sanguinarios del siglo XX, prefiriendo adoptar la perspectiva del blanco que termina obligado a asumir que África “es así”; es la misma perspectiva que Hollywood suele adoptar cuando se le antoja introducirse en los conflictos del continente negro (Lágrimas del Sol, Diamante de Sangre, etc.). Queda por el camino, eso sí, algún comentario políticamente correcto sobre la responsabilidad de Occidente (en este caso Europa) en los eternos conflictos de África. Pero funciona más como tenso film de suspenso individual, a medida que Garrigan debe “correr por su vida” y escapar como en una versión africana y al aire libre de Expreso de Medianoche.

El director Kevin Macdonald -que es escocés- viene del mundo del documental, habiendo ganado un Oscar en esa categoría por su film Un Día en Setiembre (1999), sobre el secuestro de atletas israelíes en las Olimpíadas de Munich en 1972. El Último Rey de Escocia es su primer largo de ficción y sale bien parado, si bien abusa un poco de la cámara nerviosa y de un montaje picado que supuestamente buscan imprimir tensión en el espectador. Sin embargo, para mi gusto, la película no ofrece nada más inquietante que la mirada asesina de Forest Whitaker a su interlocutor. Es la misma mirada que le vemos a un león en uno de esos documentales del Animal Planet justo antes de atrapar a su presa.

P.D.: Hay por lo menos dos antecedentes cinematográficos sobre Idi Amin. En 1974 se dejó filmar por el alemán Barbet Schroeder para el documental General Idi Amin Dada: Autorretrato.Y en 1981 se filmó una ficción sobre su vida, Ascenso y Caída de Idi Amin, dirigida por el indio Sharad Patel y con Joseph Olita como el “carnicero de Kampala”.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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