Pandillas de Nueva York

Pandillas de Nueva York

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  • Titulo original: Gangs of New York
  • Dirección: Martin Scorsese
  • Género: Drama épico
  • Protagonistas: Leonardo DiCaprio - Daniel Day-Lewis
  • País: Estados Unidos-Alemania-Italia-Inglaterra-Países Bajos Año: 2002
  • Duracion: 168'
  • Elenco: Cameron Diaz - John C. Reilly - Jim Broadbent
  • IMBD
  • Disponible en: VHS DVD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Martin Scorsese empezó a desarrollar este proyecto a mediados de la década del ‘70, inspirado en un libro de Herbert Asbury sobre la guerra entre pandillas callejeras en la Nueva York del siglo XIX. La película describe la búsqueda de venganza por parte de Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio), cuyo padre (Liam Neeson) fue asesinado en 1846 por el líder pandillero Billy ‘el Carnicero’ Cutting (Daniel Day-Lewis). La historia se ambienta hacia 1860 en el territorio que hoy ocupa Manhattan (entonces llamando Five Points), por cuyo dominio se enfrentan hasta la muerte un numeroso grupo de inmigrantes irlandeses (al que pertenece Amsterdam Vallon) y las pandillas locales lideradas por Billy ‘el Carnicero’.

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Comentario de Cartelera.com.uy

Antropología de una ciudad

Uno generalmente sabe que se encuentra ante un gran director cuando prácticamente no puede apartar los ojos de la pantalla durante casi tres horas de metraje. Y sobre todo cuando, con algo de conocimiento sobre la carrera del hombre, se da cuenta de que la película es coherente con – y al mismo tiempo totalmente diferente a – el resto de su obra.

Pandillas de Nueva York es, efectivamente, un proyecto largamente añorado por Martin Scorsese desde que leyó el libro de Herbert Asbury. Allí se describía el ambiente callejero, dominado por enfrentamientos entre pandillas locales e inmigrantes, del territorio de Five Points, ubicado en lo que hoy se conoce como Manhattan. Es obvio que el tema le fascinaría a un director que ha retratado como pocos la vida en esa ciudad fascinante y contradictoria. Desde las andanzas juveniles de Calles peligrosas (1973) a los devaneos metafísicos del paramédico de Vidas urbanas (1999), sin olvidar la locura post-Vietnam del conductor de Taxi Driver (1976) ni a los Buenos muchachos de Brooklyn (1990), Scorsese ha hecho de Nueva York su musa. Pero en lugar de darse paseos por Central Park, como lo haría Woody Allen, el otro gran cineasta neoyorquino, Scorsese prefiere la mugre de los callejones y los antros del bajo mundo.

De manera que Pandillas de Nueva York le permite rastrear el origen de todo eso. Resulta a la vez una precuela de la Nueva York del siglo XX que Scorsese ya recorrió innumerables veces. Y es, al mismo tiempo, el patio trasero de la Nueva York de clase alta del siglo XIX que retrató en La Edad de la Inocencia (1993). Esa misma clase alta a la que visita fugazmente en Pandillas..., cuando la ratera Cameron Diaz sale de Five Points y se disfraza de mucama para ingresar en una mansión burguesa.

¿Y qué descubre Scorsese en este fascinante y, sin duda, violento viaje antropológico al pasado de su ciudad natal? Que Nueva York no existiría sin la contribución de millones de inmigrantes que llegaron desde países tan lejanos como China, Irlanda (como los miembros de esos “Conejos muertos” a los que lidera Liam Neeson al comienzo de la película) o Italia (desde donde llegaron los propios padres de Scorsese). Que Estados Unidos es un país construido –entre otros pilares- sobre la base de la explotación, la corrupción política, la sangre. Y el miedo.

Lo dice claramente Bill ‘el carnicero’ Cutting (Daniel Day-Lewis) en una de sus maravillosas escenas: “¿Sabés cómo he llegado a donde estoy? Miedo. Si alguien me roba, le corto una mano. Si alguien me ofende, le arranco la lengua. Si alguien me amenaza, le corto la cabeza, la clavo en una estaca y la pongo bien alto en medio de la plaza para que todos la vean”. El miedo es su herramienta y allí, envuelto en una añeja bandera estadounidense, parece el presidente de la nación más poderosa del mundo a punto de decir: “O están conmigo, o están contra mí”.

Pandillas de Nueva York probablemente sería otra película, quizá no menos interesante pero sí menos hipnótica, si no fuera por Daniel Day-Lewis. Y esto no va en desmedro de Scorsese, quien logra algunos grandes momentos cinematográficos (toda la sangrienta secuencia inicial es un prodigio de cámara y montaje), sino a favor de un actor imponente. En pocos años y a través de un puñado de trabajos (Mi pie izquierdo, En el nombre del padre, La Edad de la Inocencia, Golpe a la vida) Day-Lewis se ha afirmado como uno de los mejores intérpretes de la actualidad. Ni siquiera cinco años de retiro (Golpe a la vida, de 1997, había sido su última película) permiten olvidar el recuerdo de algunos de los personajes más notables de los últimos años.
Su Bill ‘el carnicero’ simplemente se agrega a esa lista desde su primera y extravagante aparición. Se adueña de la película, opaca a sus coprotagonistas, se extraña cuando no está en pantalla, y paraliza con cada gesto, cada mirada, cada palabra. Y sobre todo logra el milagro de hacernos interesar por el tipo y por su maldita suerte. Si hasta pareciera que al final nos preocupa más su destino que el del héroe de la película.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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